Reseña de Tutor Hitman Reborn!

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Hacía tiempo que no recibía una noticia con tanto entusiasmo en el mundo del manga, dentro de lo que al mercado español se refiere, como el regreso de Tutor Hitman Reborn! a las tiendas este septiembre. Planeta la canceló en aquel ya lejano 2009 dejando a unos cuantos seguidores en la cuneta de un tomo 18 que estaba en mitad de cierta saga, y que suponía la obligación de continuarla por otro medio si se quería saber cómo proseguía la historia. Y ahora que la obra de Akira Amano ya ha finalizado en Japón –tras 42 tomos de serialización en las páginas de la Shonen Jump– y con el anuncio de su regreso a nuestro país es quizás un buen momento para echar la vista atrás y recordar esta obra.

Hablar de Reborn! es hablar al fin y al cabo de un shonen, y como tal debemos saber que sigue ese esquema de humor juvenil sencillito con escenas de acción más o menos virulentas que aparecen por uno u otro motivo en el camino de los protagonistas. En ese sentido es muy clásico, con una estructura ya vista y poco alterable, pero que queda bastante remozada con un estilo de dibujo muy moderno y que siempre intenta ser lo más estiloso posible.

Y aunque nos guste más o menos (a mí me gusta mucho y creo que le queda muy bien al conjunto general) sí que es cierto que ha sido un punto importante en cuanto al éxito de la serie: toda esa legión de fans de los personajes (que por supuesto no compraron ni un tomo de la serie en España) no hubiera estado ahí sin esos diseños, y con ello el boca a boca que supone y que hace que el nombre de la seria puede llegar a gente que sí lo comprara. Si cualquiera de los antagonistas de la serie no hubieran tenidos ese aspecto delicado, acompañado siempre por una mirada lo más enigmática posible, no hubiera llamado la atención tanto.

112371432Tampoco es cuestión de centrarse sólo en el dibujo: a pesar de que evidentemente es lo primero que nos llama la atención el guión en sí también sabe ganarse nuestro interés por méritos propios. En general tiene un trama muy simple al comienzo, y es que es casi una parodia muy bestia de Doraemon: Tsuna es un Nobita de nuestro siglo, y un día cualquiera aparece en su casa Reborn, un bebé de origen italiano que se presenta para educarlo para ser el próximo capo de una familia mafiosa muy importante. Como Doraemon pero con pistolas y metralletas, ya que se dedica a disparar a Tsuna tanto como a forma de castigo como para que entre en un modo «a muerte» que le permite hacer cosas de las que antes no sería capaz por timidez.

Hasta ahí la cosa es simple, y todo se desenvuelve en unos maravillosos primero ocho tomos totalmente humorísticos que nos sirven para conocer a todos los personajes que luego tomarán tintes de soldados en contiendas dibujadas con quizás poca precisión pero aún así interesantes y dinámicas. Y es que si en mangas como Naruto el humor sí que ha ido desapareciendo poco a poco (hasta llegar a un punto en el que cualquier intento de hacer una frase graciosa es terriblemente triste) aquí ese hecho se acentúa mucho más: a partir del noveno tomo no hay nada de humor, con un guión que camia totalmente para adentrarse en los entresijos de una mafia italiana que, como no podía ser menos, tiene armas de shonen comercial por doquier. Y aunque el humor del principio tampoco es la quinta esencia de lo cómico sí que resulta muy entretenido, superando ampliamente a otras obras que sí que están pensadas como mangas de humor.

Tutor Hitman Reborn! es una serie sin grandes pretensiones, que casi parece que acepta ese irremediable segundo puesto que siempre obtendrá ante obras como Naruto u One Piece sin tampoco hacer muchos intentos por remediarlo. Pero incluso con ese hecho, resulta un agradable entretenimiento y un más que notable shonen.