Reseña de Midori, échame una mano

midori no hibi manga

La temática del amor es una de las más sobadas en el mundo del manga, y tras tantos mangas con planteamientos tan inverosímiles como intercambios de parejas o chicas salidas de cintas de vídeo es difícil dar con algo original. Kazurou Inoue lo logró con Midori, échame una mano, un shonen de 8 tomos que tiene como protagonista a Seiji Sawamura, un estudiante rechazado en el amor debido a su amenazante aspecto y su actitud gamberra y violenta. Pero todo eso cambia cuando su mano derecha del demonio es sustituida por Midori Kasugano. Ella estaba enamorada de él. Por desgracia, su timidez le impedía hablarle, y ahora estarán muy unidos.

Así comienza la historia entre esta pareja tan singular. Esas circunstancias tan curiosas harán que se vayan conociendo mejor y cambiando su carácter al superar las adversidades que se les presentan. Y es nadie debe enterarse de la situación de Midori, algo nada fácil cuando tienen que seguir yendo al instituto, Sawamura necesita usar su puño y le rodea gente tan extravagante como su entrometida y bruta hermana. Es éste otro de los puntos fuertes de esta historia, sus entrañabales secundarios, como la estricta Ayase, el friki Takamizawa o el inocente Kouta. Es gracias a ellos que la historia va avanzando, cuando Midori tiene que evitar que Ayase conquiste a Seiji, o Seiji que Takamizawa cumpla sus pervertidos planes. Todo ello con mucho humor y momentos delirantes con los que los personajes van creciendo y evolucionando, el segundo punto fuerte de la historia. No sólo de la Midori o el Seiji del primer al último tomo hay una evolución, incluso los personajes secundarios crecen a medida que pasan las páginas. Pero este camino no es impostado de un capítulo a otro, su madurez avanza poco a poco, resulta verosímil, y todo ello sin que pierdan el pequeño niño de su interior ni sus alocadas pasiones, el tercer punto clave de la historia: los recursos cómicos utilizados grabados a fuego en el lector, como cuando Midori se vuelve una ídolo de internet, la pandilla de gamberros se pilla por alguien de lo más insospechado o esa terrible cita romántica en casa de Ayase.

Y lo más importante: la historia, a pesar de su toque fantástico, resulta creíble. Al leerlo parece factible que esa historia de amor sea real, al contrario que otros mangas en los que el final feliz de una pareja parece impuesto por necesidades del guion, o sólo los más crédulos pueden tragarse que el flechazo de las páginas iniciales se consolide después aun con pretendientes mucho más adecuados que el ganador pululando por ahí.

Inoue presenta un grafismo muy fresco, con una clara evolución, de un trazo más rudo al comienzo a otro mucho más estilizado al final, logrando una buena combinación de un dibujo más realista con otro deformed para los momentos cómicos. Si algo se pudiese achacar es que los personajes parecen mucho más mayores en los capítulos iniciales, rejuveneciendo después, problema típico de los mangakas que aún están buscando su estilo propio.

Midori tuvo su adaptación animada de trece episodios inédita en nuestro país, no así el manga, publicado por Ivrea hace unos años, siendo en la actualidad algo difícil de encontrar, pero si se logra sin duda merece la pena la búsqueda.