Reseña de El libro de los insectos humanos

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En estos tiempos de crisis las editoriales sin duda se han vuelto muy conservadoras y raras veces apuestan por productos cuyo éxito comercial no consideran prácticamente seguro. Los más afectados, en esta situación y teniendo en cuenta los gustos —muy comerciales y basados en lo más novedoso— del grueso de los lectores de manga en nuestro país, son sin duda los clásicos del manga, sin los cuales paradójicamente no existirían los shônen superventas de la actualidad. Pues bien, el contexto hace que los fans de Osamu Tezuka y sus contemporáneos esperemos ver ya no pocas, sino ninguna obra más de estos pioneros del cómic japonés, por lo que cuando nos dan una sorpresa en este sentido nos resulta extremadamente agradable. Es lo que ocurrió hace unos meses, cuando la editorial vasca Astiberri anunció la licencia de este manga del maestro Tezuka que hoy reseñamos.

No debemos caer en el error de pensar que es una especie de enciclopedia de bichos (siendo los japoneses tan aficionados a la entomología tampoco sería extraño pensarlo, e incluso el propio Tezuka se puso el kanji de «insecto» en el nombre), o que se trata de un manga para niños como tantos otros con los que Tezuka se hizo famoso. No, este es de los adultos, creado en 1970 como un trepidante thriller lleno de conspiraciones, violencia y sexo, en el lado opuesto de otros títulos del extremadamente prolífico maestro, sí pensados para el público infantil, como Astroboy o La Princesa Caballero. El libro de los insectos humanos (en japonés Ningen Konchûki) nos cuenta la ficticia historia de Toshiko Tomura, una joven escritora que acaba de ganar el prestigioso premio Akutagawa, pero que esconde un sinfín de oscuros secretos que le han ayudado a convertirse en una personalidad destacada en más de un campo de la cultura y las artes.

ellibrodelosinsectoshumanos7Para empezar, el mismo día en el que recibe el premio se suicida una ex compañera de piso, que resulta ser la auténtica autora de El libro de los insectos humanos (título del libro y también del manga). Sí, Toshiko le robó el original y según avanza la historia descubrimos que ha ido escalando en la sociedad a base de plagiar, copiar, usurpar identidades y traicionar a todo quisque, destrozando las vidas de sus víctimas. Ciertamente es una mujer luchadora, pero este manga no está protagonizado por una heroína del feminismo, sino por una hija de puta que, como algunos insectos, es capaz de metamorfosearse —aunque en sentido figurado— y aprender a pensar y actuar como la gente que la rodea para alcanzar sus propios fines, envenenando a quien haga falta en el proceso. Tampoco se puede decir que provoque todo este daño considerándolo colateral e inevitable, pues en ocasiones veremos como disfruta tanto de lo conseguido como del dolor que causa, pero es cierto que en realidad se trata de una persona torturada, mentalmente inestable y con sus propias debilidades.

Durante las páginas de esta obra la veremos interactuar con otros personajes, mayoritariamente hombres, sobre los que ejerce un inevitable atractivo a pesar de que saben perfectamente cómo es y el tipo de cosas que hace. Hombres de distintos sectores de la sociedad, algunos de buen corazón y otros (casi) tan malvados como ella, pero que tienen una cosa en común: en el mejor de los casos intentan contrarrestar sus maquinaciones, pero no tardan en descubrir que lo máximo a lo que pueden aspirar es a sobrevivir al paso de Toshiko por sus vidas. Osamu Tezuka nos cuenta esta historia, ambientada en el Japón de la época en la que apareció el libro, con su dibujo más serio y detallado (y aun así con su reconocible punto naif), algunas metáforas visuales y una narrativa orientada al suspense que le sale a la perfección y que pone en apuros a aquellos que después de gastarnos el dinero en un tomo de estas características preferimos que nos dure.

Astiberri lanzó El libro de los insectos humanos en un volumen único de 368 páginas, tapa blanda sin sobrecubiertas y un precio algo elevado, eso sí, pues a 23 euros da una relación páginas/precio que duele (más aún si sabemos que la edición estadounidense, de tapa dura, cuesta aproximadamente la mitad), pero lo digerimos mejor tratándose de una obra del Dios del Manga y sabiendo que es un tomo único, no una colección. Además, tal como hace con los títulos de Shigeru Mizuki mantiene el sentido de lectura oriental en el estreno de Tezuka en un catálogo en el que esperamos ver más obras de este autor.

En cuanto a la traducción, es correcta con algunos momentos más flojos, como por ejemplo algunos tiempos verbales inadecuados (el típico pretérito perfecto simple para hablar de acciones que han tenido lugar ese mismo día, típico del castellano del noroeste de la Península, y en claro avance, pero no por ello correcto) o la poca naturalidad de algunas expresiones, pero no es nada que escandalice en extremo. La lectura de este volumen sigue siendo totalmente recomendable y si os ha gustado algo que hayáis leído anteriormente del padre del manga tal y como lo conocemos, ya estáis tardando en haceros con El libro de los insectos humanos.