Breve coloquio con Masao Maruyama: «Japón siempre ha sido más flexible tanto en temática como público»

masao maruyama

Este fin de semana pudimos dar un par de vueltas por el FicZone, un evento celebrado en Granada del que quizás escribamos un poco más adelante. Eso no es lo importante ahora, en cualquier caso; nos hemos querido dar más prisa en transcribir una pequeña charla que tuvimos con Masao Maruyama, todo un titán de la industria que, entre otras muchas cosas que ha podido hacer en sus más de cuarenta años de profesión, fundó junto a otros artistas en 1972 el estudio Madhouse.

Esta breve conversación tuvo lugar el domingo por la mañana, y aunque hemos intentado darle algo de interesante variedad se ve que todos los medios que tuvieron su ratito (algunos más, algunos menos; nosotros leeríamos todas para sacar unas conclusiones definitivas de lo que el paso del maestro por España ha supuesto) preguntamos sobre lo mismo: Kon y su último e inconcluso trabajo, qué le queda por hacer en el mundo de la animación y cómo ve el panorama de éste actualmente.

Siempre es agradable, olvidémonos del resto por un momento, charlar con una persona que sabe tantísimo sobre el entretenimiento japonés que tanto nos gusta, y con eso, la verdad, nos vale.

En primer lugar, es un placer poder charlar un rato con usted, alguien que, desde hace tanto, ha ofrecido tantísimo a cantidades inimaginables de personas. ¿Siente que, con tantísimo a sus espaldas vivido y producido, le queda algo que quiera añadir todavía a su currículo? (Alguna espinita clavada, vaya).

Hasta que me muera no pararé. Continuaré haciendo proyectos [risas].

Porque, aunque su trayectoria ha sido tremenda, también lo han sido las personalidades con las que ha trabajado. Hablemos por ejemplo del grandísimo Satoshi Kon y de su, desgraciadamente inconclusa, Dreaming Machine. ¿Qué puede contarnos acerca de ella y su estado actualmente?

Quiero segur trabajando con el proyecto. Satoshi Kon falleció a mitad del trabajo, pero antes de perder su fuerza ha dejado todo en papel e ideas: yo quiero seguir, pero tengo que buscar a gente que continúe su proyecto. Gente que tenga la misma fuerza y que entienda su filosofía.

Una vez encontrado un equipo que comprenda lo dejado por Kon, cuando se tengan los medios apropiados para ello [y definitivamente lo hará, añade la acompañante de Maruyama], el proyecto seguirá en marcha hasta salir adelante.

Lee preguntamos por ésta (por motivos evidentes), pero lo podíamos haber hecho sobre un montón de proyectos en los que, de una manera u otra, usted ha estado involucrado. Productos que, con el tiempo, habrán ido afectados por los ciclos que esta industria sufre: en ese sentido… ¿Le gusta el rumbo artísticonarrativo que se está llevando ahora o se sigue quedando con las técnicas tradicionales?

Aquí la intérprete vuelve a llevar la voz cantante:

Habiendo trabajado con Osamu Tezuka, [Maruyama] cree que no hay que olvidar sus técnicas y métodos, sino que deben ser interiorizados por las generaciones más jóvenes, pues son la esencia del anime. En cualquier caso no está en contra del 3D o las nuevas tecnologías, que también tienen posibilidades. Es algo positivo, dice, una vez se haya interiorizado lo anterior.

Para ir finalizando, hablemos un segundo acerca de la inmersión del anime en Occidente. Desde hace ya mucho nosotros vemos en televisión series de origen japonés; se comercializan y se traen con frecuencia, además. ¡Incluso las vemos en el cine, a veces! ¿Hacia qué dirección cree que hay que seguir apuntando en este tema para mejorar esto cada vez más?

Occidente ha vivido bajo el influjo de Walt Disney, donde la animación se ha llevado asociando a algo más familiar, para niños. A lo largo del tiempo esta idea se está difuminando, y Japón siempre ha sido más flexible tanto en temática como público, que está más acostumbrada al concepto de que la animación no es algo planteado para un público concreto. Occidente irá seleccionando los proyectos que más le interesen, pero Japón seguirá manteniendo su forma de concebir al anime.

Si Disney tiene la idea de que se pueda ver sus películas en familia, no hay problema: es algo que se ha vuelto un elemento cultural, incluso. En Japón, la temática y el público está más distribuido: nosotros seguiremos produciendo en líneas y vertientes variadas, un gran abanico. Es cuestión de lo elegido por el propio Occidente al final.

De hecho, en una entrevista que nosotros le pudimos hacer a un diseñador que actualmente está trabajando en el mundo del anime, nos comentaba que, en el futuro, veía el mundo de la animación como algo que acabarían haciendo seguidores del mundillo para seguidores del mismo, cercando la expansión del medio. ¿Está de acuerdo en esa visión tan, digamos, pesimista?

El anime es cultura. Puede haber muchas cosas, tanto buenas como malas; tiene que haber de todo. Si hay un proyecto para un grupo reducido de gente, pueden salir grandes cosas que luego pueden resultar ser algo aceptado con el tiempo por un público más general, hasta llegar incluso a objeto de culto, aunque no se haya apreciado en un inicio.

En resumen, quiero decir que una obra que pueda ser en su inicio pequeña, puede ser algo grande con el tiempo aquí en Occidente. Las cosas pueden cambiar siempre con el tiempo, y soy optimista con el panorama del anime tanto en Occidente como en el mismo Japón.

Muchísimas gracias por su tiempo.