No sé si os habéis dado cuenta de que el tiempo pasa volando: casi me da un vuelco el corazón cuando, al revisarlo en la siempre imprescindible Listado Manga, he comprobado que el primer tomo de ¡Yotsuba! salió hace ya casi diez años en nuestro país. No sé si os dais cuenta de lo que digo. Diez años: más de lo que dura una educación primaria. O secundaria. Más que un bachiller y una carrera universitaria, incluso: con total seguridad, la situación de aquel que compró el ya especialmente encantador primer tomo de la serie en 2005 no será la misma hoy en día, en un abril de 2014 en el que, tras justo dos años de tiempo tras el último que pudimos tener nuestras manos, Norma ha sacado el decimosegundo tomo de la serie. Uno divertido, asombrosamente fabuloso y, para qué negarlo, mágico, como toda la obra que Kiyohiko Azuma ha ido sacando a lo largo de estos años. Y que seguirá sacando, espero: ésta es una serie perfecta dentro de su rutina, una en la cual una niña peliverde se dedica a trastear con todo lo que le rodea.
En este de rápida lectura volumen hay unas cuantas historias de una blancura extremadamente agradable: la mejor parte –y la que más ocupa, por fortuna– es la del camping, pero en conjunto todo es auténticamente maravilloso. No hay un humor especialmente claro, ni tampoco hay nada que se perciba y pueda criticarse de forma clara. Es una serie que no va de nada y a la vez va de todo, pero a la que es imposible, de ningún modo, resistirse. Porque es muy buena.
Lo era, lo es y lo será, vaya: antes de escribir este texto he leído algunas historias de tomos anteriores (en busca de, principalmente, un cambio estético que a primera vista se percibe en este volumen), y lo cierto es que, a pesar de los años, todo sigue bastante igual. El esquema es el mismo, y los personajes siguen como siempre. Han pasado muchos años desde que conociésemos a Yotsuba, Ena, Fuuka y compañía, pero la esencia se mantiene intacta. No nosotros, eso sí: si lanzo la vista atrás me parece aterrador mi modo de entender la obra hace unos años. Quizás también me lo parezca dentro de otros diez: ojalá, para entonces, pueda seguir leyendo y cuestionándome a mí mismo ciertas cosas. Aunque salga un tomo cada año: esta serie es tan y tan perfecta que cualquier espera es merecida.