Uno de los planteamientos argumentales básicos en un culebrón es el de chica desgraciada que tiene problemas para conseguir su objetivo en la vida, ya sea por su condición social, alguna tragedia o quizás cierta incapacidad física, a pesar de la cual lleva una vida más o menos normal hasta que se cruza con otra chica, que sí posee las cualidades faltantes a la primera. Esta segunda chica, la mala, no puede ver ni en pintura a la protagonista, y trata de fastidiarle lo más posible, ya sea por envidia, celos, o simplemente por mantener sus privilegios. Pues éste es el esquema argumental de Life, y es que esta obra no es más que un culebrón barato escondido bajo historias de acoso escolar.
Después de semejante afirmación se podría pensar que este manga no merece la pena. Al contrario, ¡es un culebrón barato! Y no hay nada mejor que un culebrón barato, con sus desconcertantes giros de guion, sus momentos con erótico resultado y sus inefables revelaciones.
Es cierto que el germen de la historia sí mantiene un trazo más serio y duro, con la historia de cómo Ayumu entra a un instituto por encima de sus posibilidades para estar con una amiga no tan amiga después y el daño psicológico provocado a la protagonista, ya de por sí insegura consigo misma, todo una denuncia social a un problema arraigado en Japón, un país obsesionado con la excelencia escolar y laboral, menospreciando a los menos capaces. Pero el problema viene una vez dentro del instituto de la historia, pues ésta deviene por los derroteros comentados. Sí, la chica sufre acoso escolar, uno muy cruel, pero dentro de la historia no deja de ser una prueba que debe pasar Ayumu para estar con su amiga Miki. De hecho, hay momentos en los que a Ayumu le resbala todo este asunto, y acompañado al más escabroso todavía de las situaciones hasta rozar lo inverosímil, la derivación psicótica de la mala de la historia, Manami, y a la discontinuidad argumental de algunas tramas (ahora soy un pervertido, luego ya no; parece que me gustas, páginas después ni me acuerdo de ti) provoca que el manga pierda su toque serio hasta provocar cierta hilaridad por las situaciones tan rimbombantes mostradas. Y esto le da más parecido a un culebrón barato donde las tramas y personajes se cambian según agraden al espectador o no, y se busca llamar su atención con historias sorprendentes y escandalosas. Y esto es lo que busca Life, no acabar de hacer una denuncia total del acoso u ofrecer un relato serio de este problema.
Llegados al tomo 16 la historia ha dado un vuelco. Todo el mal que había hecho Manami se ha vuelto en su contra al descubrirse el pastel, teniendo que hacer frente a turba enloquecida en un momento completamente irreal. El resto de estudiantes, al sentirse engañados, quieren que Manami pague por todo lo que ha sembrado. Parece que Ayumu por fin podrá llevar una vida escolar feliz y estar con Miki, pero todavía quedan cuatro tomos para terminar la historia. ¿Será tan largo el vía crucis de la pobre niña rica o se guarda un as en la manga para dar un impresionante giro a la situación? Esperemos que sí, y ofrezca emoción hasta el final, como un buen culebrón barato.