De entre todo el plantel de personajes de Osamu Tezuka, sin contar a Astroboy, el más icónico de todos se podría considerar Black Jack, el personaje que da nombre a la obra iniciada por el autor en 1973. Rechazado de la sociedad por su aspecto tétrico, su mal carácter y su lucha contra la hipocresía (sobre todo por esto último), el médico hace milagros con el bisturí a la par que pone en su sitio la falta de moral de más de uno o exhibe la suya propia, según se mire. Curiosamente, Tezuka ya tenía a un personaje muy similar a éste que tuvo serie propia también con su nombre. Se trata de Alabaster, historia que cuenta acerca de James Block, un atleta profesional cuya vida estaba destinada al éxito, hasta que una mujer le destroza el corazón al rechazarle, después de pretenderle, por ser negro. Tras desgraciados incidentes acaba en la cárcel, donde coincide con un chiflado inventor que le revela el secreto de una creación suya proporcionadora de la invisibilidad.
Una vez libre, James decide hacer uso del invento. Por desgracia algo sale mal y sólo logra la invisibilidad en su piel, dejando a la vista sus vísceras. Con ese horrible aspecto decide vivir en las sombras como Alabaster luchando contra la hipocresía de la sociedad, en su afán de construir un mundo mejor, pasando a ser un terrible criminal. Algo falta en la utopía de Alabaster, y es su lideresa, ni más ni menos que la sobrina del inventor, Amy, quien sí tiene el don, o la desgracia, de ser completamente invisible. Al contrario que Alabaster, Amy es inocente, ingenua y pura. Tan pura que es incapaz de soportar los terribles secretos que envuelven su vida, emprendiendo una huida hacia delante con imprevisibles consecuencias para todos los que la rodean.
El desarrollo de la obra no guarda similitudes con el manga del médico, pues ésta trataba diversas historias cortas sin apenas relación entre sí, mientras que Alabaster es un manga mucho más corto, no llega a las quinientas páginas, y guarda una ambientación más similar a una película de acción, muy parecida a las de James Bond, ocupando este papel Rock (o Lock), uno de los personajes recurrentes del artista, que en este caso tiene el rol de una persona narcisista, egoísta y sádica, protagonizando una de las escenas más bizarramente onanistas vista en un manga. Otra similitud con esa saga de películas es el uso de escenarios exóticos o lujosos, en este caso París, Chicago, Nueva Delhi o una España desértica (no es la primera vez que el autor usaba este tipo de clichés con el país), aparte de una sofisticada base secreta. Y siguiendo con las similitudes, no podía acabar el manga si no es con una espectacular batalla final para salvar el mundo, pues tras los primeros capítulos dedicados a sacar los colores a la gente por la falta de justicia, los acontecimientos desencadenan la locura.
Entre la extensa producción de Tezuka, Alabaster no resulta una de sus obras destacadas ni más populares, aunque sigue siendo un manga entretenido de leer y curioso con el que pasar un buen rato. A día de hoy se encuentra inédito en español, pero cabe la posibilidad de verlo editado si a Astiberri o ECC les sale bien su apuesta por obras cortas del autor, pues aunque volviendo a compararlo con Black Jack no deja los sentimientos a flor de piel, sí resulta muy interesante.