Reseña de Paradise Kiss

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Tras haber iniciado su andadura un año antes, la editorial Ivrea decidió apostar por el shojo con dos títulos a la venta durante primer trimestre de 2003. Uno de ellos fue Virgin Crisis, y lo que supuso su publicación forma parte de la historia del manga en España, mereciendo ser tratado en una tesis doctoral. El otro fue Paradise Kiss y es la obra que nos ocupa hoy.

Hasta la aparición de estas dos obras mencionadas, salvo contadas excepciones, la publicación de shojos en España respondía a tres factores: series que habían tenido éxito en televisión, que eran de autoras ya populares en el país, o de estilos y revistas semejantes a los de autoras ya populares en el país. Parakiss no respondía a ninguna de esas claves: ni Ai Yazawa era conocida por el lector de manga más allá de los más estudiosos, ni venía respaldado por una serie de televisión, ni su estilo tenía algo que ver con obras ya editadas. La obra no se parecía a nada hasta entonces visto: para empezar ni siquiera era un shojo, sino un josei aparecido en la revista Zipper, una publicación japonesa sobre moda. Es por ello que la historia de Paradise Kiss se desarrolla en este mundillo: Yukari es una estudiante de último año de bachillerato histérica por sus exámenes finales. Por un fortuito encuentro conoce a los integrantes de Parakiss, un grupo de estudiantes de último curso del Yaza a cual más raro: una lolita, un punk, un dandi e Isabella. Ellos le piden que modele para ellos para un concurso: a partir de ese momento Yukari empieza a replantearse su vida, su futuro y sus sentimientos, porque no se puede quitar al imprevisible George de la cabeza. Pero, en verdad, ni de moda de amoríos trata la historia, sino del crecimiento personal y la llegada a la madurez de la protagonista de la manera más chic posible. No sólo eso, sino que de paso podremos saber qué fue de los personajes de Gojinko Monogatari, publicada en España por Planeta con el nombre de Historias de un vecindario.

Para rizar el rizo de lo novedoso que resultaba este cómic en nuestro mercado, Ai Yazawa lo dio todo con un estilo singular: viñetas sin separaciones, fotografías usadas como fondo, un dibujo cuidado y más realista del habitual… Y en el apartado narrativo multitud de referencias metamanga.

El paso del tiempo y el boca a boca ha hecho de Parakiss un manga de éxito, contando con varias reimpresiones de sus tomos y aupando a la autora al podio de los autores de éxito. Ivrea no pudo seguir editando obras suyas al no trabajar con Shueisha por ese entonces, y Planeta tomó el relevo con Nana, su serie más conocida, a la que seguirían otras.

En Japón la historia gozó de bastante popularidad y el estudio Madhouse hizo un anime de trece episodios. Aparte de eso, algunos de sus personajes se dejaron caer por el pub de Junko (los extras del manga de Nana) para recordarnos el verdadero espíritu de una modelo oriental bajita de metro setenta.