Todos deberíais comprar Zatch Bell

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Estoy leyendo Zatch Bell. Bueno, no simplemente la estoy leyendo, sino que también la estoy comprando. Y disfrutando. Porque sí, debido a un tema de derechos Norma Editorial la ha saldado recientemente, pero eso no quita para que aún podamos encontrarla del algún modo; ya sea con lo restante en tiendas o con unos packs –sesenta euros once tomos– que la editorial no distribuyó demasiado generosamente. La cuestión es que yo ahora estoy re-descubriendo esta obra, y me gusta bastante: es un shonen sin demasiadas pretensiones pero con un humor bastante especial; no llega a ser tan socarrona como puede ser Gintama y sucedáneos pero sí que tiene bastante de unos chistes ciertamente únicos y que quedan estupendamente bien con todo lo demás.

Porque vaya, seguro que conocéis la historia que Makoto Raiku creó, que el anime pasó hace años por unos cuantos canales: unos seres llamados mamodos se disputan en nuestro planeta el trono de su mundo combatiendo ayudados por humanos que les dictan lo que, libro de conjuros mediante, tienen que hacer para vencer. Es todo bastante sencillo, sin muchas aspiraciones forzadas pero con un gran encanto, el cual sostienen todo el rato unos personajes deliberadamente locos: Raiku tiene bastante bagaje con esto, y no le cuesta nada sacarse de la manga un buen compendio de historias; algunas largas, otras más cortas: todas ellas igual de dinámicas y divertidas en un conjunto general dibujado con bastante gracia.

Como ya digo es un shonen, no hay mucho más allá donde mirar; sin embargo si que destila ese aroma que le falta a los bombazos atemporales y que hace de estas obras algo menores especiales –a pesar de que ésta también tuvo su relativa popularidad–Desgraciadamente es una obra que no volveremos a ver por aquí, así que compradla si podéis. No es demasiado larga para lo que es (33 tomos) y es increíblemente entretenida.