Bride Stories es un manga que no mucha gente comprará. Portada rosa, chica vestida –y mucho– en la misma, nombre de autora aquí poco conocida… Desde luego no es lo primero que la mayoría de lectores se llevarán. Y es una pena, porque es una obra que de primeras se postula como increíblemente interesante: tanto por lo sorprendente del argumento –vida de casados entre una chica de 20 y un niño de 13 en el medio oriente de finales del siglo XIX– como por lo estupendo de cómo se desarrolla todo lo demás.
Muchos no conoceréis a Kaoru Mori –yo no había leído nada suyo–, pero desde luego su trabajo es excepcional: no sólo dibuja de maravilla, sino que también sabe hacer algo mucho importante: narrar. Mori, de la cual ya habíamos visto por aquí la inconclusa Emma, no necesita más de un tomo para enamorarnos con su brillante manera de plasmar en viñetas una historia contada con sorpresiva madurez y pretendida ternura. Deja apreciar muchas cosas en un comienzo para nada lento.
Y tampoco obsceno: a pesar de que el punto de partida sea ese matrimonio con años de diferencia entre Amira y Karluk todo está tratado con bastante delicadeza, más centrado en la familia de los personajes que en otra cosa. Una estirpe tampoco demasiada extensa, al menos con lo mostrado por ahora; esto podría ser un peligro y quizás costarle a la obra llegar a un punto repetitivo, pero viendo el ritmo de publicación que lleva (cinco tomos en cuatro años) tampoco es algo de lo que preocuparse.
Quizá esta obra que trae Norma sea una de las mejores opciones entre las novedades del Salón, y es que aunque a muchos no les pueda atraer esa especie de culebronístico guión la cosa funciona más que bien. Este primer tomo es entretenido, y se lee en un respiro. Es algo diferente, un respiro también para el mercado: hay tiempo para todo, y entre shonen y shonen a veces hay que tomarse un descanso y leer cosas tan disfrutables como esta.