Hablando en Manga ha cumplido recientemente un año en la red, y poco antes de que tuviera lugar la feliz efeméride lo celebró asistiendo al Salón del Manga. Y ahora, por supuesto, lo que toca es contaros cómo lo vivió el equipo enviado al evento, en el que algunos aprovechamos para poner caras a los nicks con los que habitualmente tratamos.
Dorion, Calave, Ashita, Rubén y Moroboshi asistimos al XIX Salón del Manga de Barcelona en calidad de aficionados, claro está, pero también con la responsabilidad de cubrir por primera vez algunos de los acontecimientos que podían interesar a nuestros lectores, es decir básicamente las presentaciones de novedades de las editoriales.
No fueron muchos (o no tantos como otras veces), como ya sabéis, los anuncios de nuevas licencias, ni especialmente espectaculares los pocos que hubo, pero aun así os los fuimos contando en directo por Twitter, información que poco después los miembros de HEM que no pudieron asistir al evento transformaron en noticias que fueron publicadas en nuestra página.
Era la primera vez que Hablando en Manga se enfrentaba a la cobertura periodística de un salón de estas características, el más importante del estado español, de hecho, y descubrimos que ni es fácil ni se puede hacer sin un equipo de personas colaborando. Pero el resultado nos dejó satisfechos y con ganas de repetir el año que viene, tanto en el 32º Salón del Cómic de Barcelona, en mayo, como el próximo octubre con la vigésima edición del Salón del Manga.
En fin, aparte de las presentaciones (y alguno de los encuentros con los fans por parte de los invitados, como por ejemplo Shintarô Kago) pudimos disfrutar lógicamente del ambiente de cualquier Salón del Manga, con problemas de aforo o sin ellos, y es que somos decenas de miles (este año 115.000) los que cada año queremos estar ahí, hacer nuestras compras, dar vueltas, ver cómo los demás se disfrazan y cantan si no nos atrevemos a hacerlo nosotros mismos, asistir a exhibiciones de artes marciales, visitar las interesantes exposiciones y, este año, incluso jugar un poco al béisbol, lo que los fans de Mitsuru Adachi de HEM no pudimos evitar hacer (y repetir) gracias a las instalaciones del nuevo pabellón que se abrió para ampliar el espacio disponible, aunque la distribución de los elementos fuera tan desigual que dicha ampliación casi no se notara respecto a la pasada edición y se formaran unos embotellamientos atribuibles al diseño del pabellón principal.
Entre las mencionadas exposiciones las más interesantes fueron las dedicadas a Bakuman y su final, a Toriko y One Piece (y su correspondiente crossover, que Planeta regaló traducido), dos de los éxitos más recientes de la Shônen Jump con el permiso de Naruto y Bleach, y la de Dragon Ball Z, que se había podido ver en el último Japan Weekend de Madrid y en la que aparte de ilustraciones y capturas de imagen —que no aportaban nada nuevo— tuvimos la ocasión de ver algunos settei, que tenían más chicha al tratarse de referencias con todo tipo de datos para que los animadores no cometieran errores al dibujar a los personajes para la serie.
Pero sin duda la que merece mención aparte —y físicamente también estaba bastante aparte, junto al béisbol— es la que se titulaba Manga en Juego, con Marc Bernabé como comisario, que repasaba los principales mangas deportivos dividiendo la muestra por categorías y nos hacía más conscientes de la cantidad de deportes y géneros a los que ha recurrido el manga a lo largo de su historia, haciendo bueno el dicho «si existe, tiene manga».
Dentro de la exposición tenía un tratamiento especial Capitán Tsubasa, o Campeones (Oliver y Benji), con su propio panel y hasta objetos relacionados como el álbum de cromos de Panini, los cómics no licenciados de los años 90 o algunos de sus videojuegos. No en vano el invitado estrella del Salón era Yôichi Takahashi, su autor, que a pesar de las dificultades que ponía Selecta Visión para conseguir su firma (y encima aseguraba que el autor no quería estampar su rúbrica en los mangas que editó Glénat), en el stand de Cosplay Original, donde se vendían las camisetas inspiradas en su versión animada, el maestro no tuvo ningún problema en firmar el cómic.
Asistir a un Salón del Manga, y más hacerlo varios días seguidos, cansa. Ya lo sabéis. Dolor de espalda por culpa de las mochilas cargadas de compras, calor por las aglomeraciones, problemas para moverse por el recinto, suelos incómodos para sentarse a comer, etc. Pero es una vez al año y siempre se hacen cortos y nos dejan con ganas de que llegue el año siguiente, ¿no es cierto? Nuestra idea es estar allí y volver a contároslo.