Primeras impresiones de Happy!

urasahappLa primera vez que tuve conocimiento de este manga de Naoki Urasawa fue en un artículo de la revista Neko años ha, en el que consideraban este cómic como uno menor del autor en comparación con otro suyo, Yawara!, pues consideraban demasiados paralelismos entre ambas historias saliendo perdiendo el de tenis al ser posterior. Vamos, que casi daban a entender que el autor había hecho un 2×1 con la misma idea.

Y con dicho pensamiento me quedé, creyendo que el que había que leer era Yawara!, y si no podía leer Happy! tampoco me perdía nada. Con el paso del tiempo la oportunidad de leer las aventuras de la judoka se quedaron por el camino, y en un movimiento sorpresivo Planeta anunció la licencia de la otra. A falta de pan buenas son tortas aunque no tuviera muchas expectativas en Happy! Pero al final, este primer tomo ha estado pero que muy bien. Cabe la posibilidad de que si algún día leo Yawara! cambie de opinión y me parezca una copia, pero de momento esto es lo que puedo decir.

En plena feísima portada nos ofrecen un pequeño resumen del planteamiento de la historia: Miyuki Umino es una estudiante de bachillerato que vive humildemente con sus hermanos pequeños hasta que descubre que su hermano mayor le ha dejado un pufo de 250 millones de yenes, y unos mafiosos están dispuestos a cobrarlo como sea. La chica pone todo de su parte para sufragar la deuda, pero claro, no tiene muchas opciones hasta que por casualidad se plantea hacerse tenista profesional. Ella tiene aptitudes y un pasado con posibilidades y, por supuesto, muchos obstáculos para salvar, pues el mundillo del tenis profesional es muy duro, y no sólo por la competición.

Este primer tomo es prácticamente introductorio, para presentar la historia, los personajes y lo que nos encontraremos más adelante. No sólo va a tratar de tenis este manga sino que ya también ofrece mucho humor y se prepara mucha intriga sentimental, con al menos un triángulo amoroso formado.

Siendo sinceros, es cierto que el manga no es el colmo de la originalidad. Persona con talento y personalidad de alcachofa tiene que superar diversas pruebas en pos de un objetivo, siempre acompañada de sus dicharacheros compañeros y dejando un reguero de amor y amistad allá por donde va.  ¿Cuántos mangas con un planteamiento similar hemos leído ya? ¿A estas alturas resulta creíble que el bomboncito se fije en la pavisosa?

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Pero lo que diferencia a Happy! es la fuerza de sus personajes secundarios. Presentados de manera muy estereotipada con un rasgo muy marcado, según avanza la historia van adquiriendo mucho carisma.  Por ejemplo, Utako Ohtori se nos presenta como una rica estrafalaria y poco a poco vamos sabiendo más de ella, de sus motivaciones y razón de ser hasta llegar a un punto en el que su sola presencia llena las páginas del manga. No es sólo una mera comparsa para resaltar lo buena chica que es la protagonista o para dar el toque de humor, ella también siente y padece. Y es que siendo presentado como un manga deportivo, de momento el tenis ha tenido escaso protagonismo, siendo un mero trasfondo para contar las relaciones tejidas alrededor de la protagonista, la que quizá en posteriores páginas adquiera algo de carisma.

La edición integral que ofrece Planeta es idéntica a anteriores utilizada con otros mangas del autor, como la de Master Keaton: buenos materiales y bastantes páginas a color (la mayoría en bitono). A destacar la sosa portada, en la que la editorial ha añadido un relieve para darle algo de vidilla. Por desgracia, es mate y blanca, así que el mínimo roce o contacto con polvo va a dejar huella.

En definitiva, este primer tomo me ha gustado mucho y me ha dado ganas de leer los siguientes. Creo que, a no ser que en los siguientes cambie y se centre exclusivamente en el tenis, debería considerarse como una comedia romántica con un toque deportivo, pues está más cerca de historias como Ranma 1/2 que de Slam Dunk. Y es que a veces los lectores se dejan llevar no sólo por opiniones adversas, como podía haber sido mi caso, también por etiquetas inexactas. Y sería una pena que la gente no leyera Happy! por una consideración equivocada.