Hacía algún tiempo que en este blog no nos reúniamos todos los redactores a intentar aportar al mundo nuestro punto de vista de algún nuevo anime: un poco por falta de tiempo o por desinterés general en un mercado saturado de obras muy parecidas entre sí, pero también porque no había nada que despertase la curiosidad de una manera tan exagerada como la de Kill la Kill, cosa normal por otra parte si tenemos en cuenta que por detrás anda gente como Hiroyuki Imaishi, director de Gurren Lagann entre otras.
Sea como fuere, la cosa nos ha llamado lo suficiente como para dedicarle unas líneas tras el salto a esta resultona serie de animación protagonizada por Ryuko Matoi y su uniforme, el cual le ayudará a combatir contra los alumnos del instituto Honnoji.
La opinión de Ashita
Llevo media hora delante de un documento en blanco intentando escribir unas breves impresiones sobre Kill la Kill. Y me está resultando imposible. Escribo y vuelvo a borrar. Pienso… Y luego desecho las ideas. No sé que decir. El capítulo me ha dejado atónito, sin palabras; a los tres segundos estaba tan absorto en la historia que no me he dado cuenta del mundo exterior hasta que el avance del episodio de la semana que viene ha terminado. Han sido veinte minutos de desconexión, de pérdida de consciencia. Y cuando ha terminado, me ha dejado un cúmulo de emociones que no sé controlar. Ni expresar.
Algunos me diréis que no es nada comparado con Gurren Lagan, o que estoy sobrevalorándolo. Pues bien, del primero os confieso que no lo he visto. Y sobre el segundo punto… Qué le voy a hacer, soy así de emocionable. Ahora mismo soy incapaz de criticar la trama o el dibujo, de eso ya se encargarán mis compañeros: yo solo puedo dar las gracias por el primer capítulo. Gracias de todo corazón, aunque puede que luego bajé la intensidad, la calidad de animación, la historia, lo que sea y termine decepcionado, siempre estaré agradecido de este primer capítulo. Simple y llanamente, gracias.
La opinión de Rubén
Tras ver el primer episodio de la serie puedo decir aliviado que Kill la Kill ha conseguido hacer honor a todas las expectativas que había generado desde que se anunció el 8 de mayo de este mismo año, algo que no era nada fácil, ya que el nombre de Gurren Lagann podría resultar una carga demasiado pesada para esta nueva producción.
Desde un primer momento la animación logró captar toda mi atención, y es que no solo tiene una calidad fantástica, sino que me hizo recordar con cierta nostalgia la animación hecha a mano que tanto me gusta de los animes de hace una década. Los personajes tampoco se quedan atrás, pues aun teniendo personalidades arquetípicas denotan un gran potencial y emanan una cantidad impresionante de carisma. También me ha encantado la ciudad y la escuela donde se desarrolla esta serie, y es que sus excentricidades me resultaron muy llamativas a la par que interesantes.
Aunque no todos son halagos, pues la presencia del fanservice y el repelente traje de la chica protagonista nublaron un poco lo que podía ser un estreno verdaderamente brillante. No sé si Kill la Kill podrá mantener esta intensidad a lo largo de los próximos capítulos, pero de lo que sí estoy seguro es que esta primera degustación fue una exquisitez que insto a que todo el mundo pruebe, sobre todo por su forma de contarnos las cosas, recurriendo a la exageración de cualquier mínimo detalle, haciendo de esta serie algo verdaderamente molón.
La opinión de Sergi
Kill la Kill no es, desde luego, un anime al uso; no es un subproducto más, sino que en él hay bastante de concienzudo pensamiento y de querer contar según que cosas de una determinada manera. Es un anime bastante especial, con mucho de planos fijos que cambian de manera brusca, pero es la narrativa que en Trigger han decidido para esta sorprendente especie de jocosa parodia de shonen al uso. No sé si realmente buscaban ese efecto, pero en mí desde luego ha cuajado sobremanera si lo enfoco de esa forma: Kill la Kill tiene todos los ingredientes para poder reírse a conciencia de cualquier otro anime de hostias que exista, y la verdad es que, entre chiste y chiste, lo puede dejar tranquilamente a la altura del betún con una animación francamente estupenda que combina especialmente bien las luces y juega mucho con diversos truquitos que, sin ser nuevos, funcionan bien: desde la presentación de los personajes o lugares mediante letreros gigantes hasta la ralentización momentánea de algunas partes que nos sirven para, por una vez, darnos cuenta con detalle de lo que está sucediendo: este primer capítulo va tan y tan rápido (en serio, un anime cualquiera habría contado lo mismo en cuatro capítulos) que es posible que algunos detalles se pierdan y que sea necesario otro visionado posterior.
La serie ha demostrado tener una narrativa cuanto menos peculiar, pero también unos diseños de personajes especialmente atractivos, sobre todo el de una protagonista que puede dar mucho juego luchando contra los mandamases de un instituto donde, gracias a uniformes que te designan en un grupo dentro de una escala jerárquica, obtienes poderes sobrenaturales. Yo digo sí.