A Naoki Urasawa lo conocemos todos, por lo menos de oídas, y siempre se habla de él citando algunas de sus obras, pero siempre están ahí Monster y 20th Century Boys, a las que se añade alguna otra que esté en publicación en ese momento, actualmente Billy Bat y Master Keaton.
Casi toda su obra se ha publicado en nuestro país, sea en castellano o en catalán (caso de la cancelada Yawara!, más conocida como Cinturó Negre), pero de sus inicios poco sabemos, más allá de lo que se vislumbraba en el muy recomendable recopilatorio Historias cortas de Naoki Urasawa. Pineapple Army (1986-1988) se sitúa en aquellos primeros años de carrera profesional de este autor que se ha convertido en el favorito de muchos y que es un maestro del seinen, pero es una obra bastante desconocida, dentro de lo desconocido que puede ser un manga de un autor de éxito como es Naoki Urasawa, por supuesto.
El motivo principal es que tanto aquí como en Francia únicamente se publicó el primer volumen de los 8 que forman la colección, serializada entre 1986 y 1988 en la revista Big Comic Original. Los motivos de la no continuación de la obra pueden responder a la tantas veces mencionada oposición de Urasawa a la edición extranjera de las obras de sus primeros años, lo que fue un obstáculo por ejemplo para que saliera Yawara! en castellano, de forma que solo lo hizo en catalán porque al parecer convencieron al autor de que era una obra especialmente popular en Cataluña y cedió, para que luego el público no la apoyara como se esperaba y EDT la terminara cancelando. Desde entonces solo se ha licenciado en Italia, donde empezó hace poco.
Eso es harina de otro costal y volvemos a la obra que nos ocupa, Pineapple Army. La edición parcial en castellano de la misma llegó en diciembre de 1993, una época en la que Planeta DeAgostini publicaba el manga de dos formas: o en grapa (a lo sumo en formato prestigio, es decir cómics de unas 48 páginas y un lomo finísimo en vez de grapa), o en volúmenes autoconclusivos que respondían a tomos que en Japón también contenían una historia completa, para entendernos como la primera edición de Regreso al Mar, de Satoshi Kon. Pues bien, Pineapple Army formó parte de este segundo grupo, una colección de obras concebidas como entregas únicas, solo que en este caso se trataba de una historia incompleta.
Saberlo duele, pero de todas formas se trata de un manga formado por historias autoconclusivas, como Master Keaton. De hecho, guarda bastantes similitudes con esta: por un lado Naoki Urasawa es el dibujante, mientras que del guión se encarga Kazuya Kudô (hay que aclarar que si bien en Master Keaton no constaba como guionista, con los años fue asumiendo progresivamente más funciones en este sentido), y por el otro tenemos otra característica que inevitablemente hará que comparemos ambas obras.
Se trata del protagonista: Jed Goshi es un ex militar medio estadounidense y medio japonés (¿os suena?) residente en Nueva York, al que en cada capítulo veremos haciendo uso de los conocimientos y habilidades adquiridos en su época como supersoldado. Pero en este caso, a diferencia de Taichi Hiraga-Keaton, tiene una sola profesión: se dedica a adiestrar a civiles para que puedan defenderse como soldados en pocos días, a través de una agencia que le encarga las misiones tras recibir las solicitudes de ayuda de estos ciudadanos de a pie que están en un peligro extremo, no importa si son hombres de mediana edad, amas de casa, viejos o incluso un grupo de niñas.
Todas las historias son distintas y a pesar de la estructura autoconclusiva no se hacen en absoluto repetitivas, y además algunas de ellas nos permitirán conocer poco a poco detalles del pasado de Jed, que aunque va pregonando que el dinero es lo único que le importa en realidad es un bonachón y nos cae bien enseguida.
Por desgracia el tomo, llamado Pineapple Army: Instructor de combate, termina y nos quedamos sin saber cómo sigue la historia, pero si lo encontráis en alguna biblioteca (comprarlo incluso de segunda mano es tarea casi imposible, además de que el papel ya está demasiado amarillo) y queréis disfrutar de un sorbo de esta obra antigua de Naoki Urasawa no dudéis en llevároslo a casa, porque si además os gusta la acción no lo lamentaréis.
Eso sí, tened en cuenta que el dibujo, por lo menos en este primer y para nosotros único volumen, todavía está lejos del que veríamos a partir de Monster, incluso del de Master Keaton, que empezó cuando terminaba Pineapple Army, y que se trata de una obra publicada en sentido de lectura occidental, con la consiguiente inversión de las páginas y las curiosidades que se derivan de ello. En cuanto a la traducción, también típica de los años 90, notaréis que se hizo desde el inglés, algo que tampoco se pretende esconder y que se puede comprobar en los créditos iniciales del libro.
Ojalá Planeta DeAgostini haga un esfuerzo por conseguir su licencia y reeditarla entera y en condiciones, a pesar de que sea una obra desfasada tanto en dibujo como en el argumento de las historias, muy de aquellos años 80 en los que la Guerra Fría seguía viva.