Reseña de Viaje a Agartha

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Si hay un director en la última década que se está ganando un lugar en el olimpo de la animación japonesa, ése sin duda alguna tiene que ser Makoto Shinkai, y es que es una de las pocas personas que pueden llegar a transmitirme todo tipo de sentimientos a través del séptimo arte. Podemos describir las obras de este hombre de múltiples formas, pero por lo que suelen destacar es por la gran calidad de animación, porque están destinadas a un público adulto y por la carga de drama romántico que contienen. Aunque existe una de sus películas que se diferencia bastante del resto, y esa es de la que os vengo a hablar hoy: Viaje a Agartha.

Shinkai, tras pasarse un año sabático después de crear su famosa película 5 centímetros por segundo, volvió al ruedo de la animación junto a tres artistas que ya habían colaborado con él en anteriores proyectos –Takayo Nishimura como diseñador de personajes, Takumi Tanji como director artístico y Tenmon como compositor musical– para crear su película más larga hasta la fecha.

Protagonizada por Asuna, una joven estudiante que pasa sus días junto a su travieso gato Mimi y a la radio que le regaló su fallecido padre hasta que conoce a Shun, un chico misterioso que, tras salvarla de una criatura extraña, se ve involucrado en una relación donde empieza a surgir algo más que una amistad que poco dura: poco después de conocerse, el joven desaparece. La superación, la pérdida, las aventuras, el amor, la fantasía y los peligros acompañarán a nuestra protagonista por su viaje en Agartha, donde descubrirá la verdad sobre su querido Shun; a diferencia de sus otras películas, Makoto Shinkai introduce aquí como tema principal la perdida de los seres queridos y la superación de ésta, aceptando el curso de la naturaleza. Para esto, el director recurre a los mitos sobre la resurrección para poder abarcar en su totalidad el mensaje que nos quiere transmitir: Apreciar la vida que tenemos sin quedarnos en el pasado.

Lo que más impresiona de la película es todo el mundo creado a través del mito de Agartha, lleno de fantasía, paisajes increíbles, criaturas alucinantes y una población con su propia cultura y folclore de lo más realista, que gracias a los planos característicos del director y al tiempo que les dedica, los podemos saborear en plenitud.

Quizás el gran defecto de la película sea Asuna, la protagonista; le falta profundidad, carisma y, salvo en el final, nunca toma la iniciativa, siempre está siguiendo y aceptando lo que dicen y hacen los demás, aunque todo esto viene motivado por la falta de objetivos que tiene y de la explicación de por qué realiza el viaje. En contraposición se encuentra el profesor Morisaki, un personaje con una gran profundidad y un buen desarrollo, además de ser el más humano y realista del elenco de personajes. Para finalizar el trío protagonista, tenemos a Shin, un joven aventurero que busca su lugar en el mundo, y que aporta el elemento romántico a la película.

El ritmo lento de la cinta, aunque sea otra de sus grandes virtudes ya que es agradable, tranquilo y permite disfrutar todo mucho más, imposibilita tratar demasiados temas, dejando la historia de Agartha y de sus habitantes sin la profundidad que cabía esperar de dicho director.

La producción está bañada en melancolía y tiene ciertas escenas de desesperación con mucho drama debido al tema tratado, pero asimismo hay momentos de aventuras trepidantes, acontecimientos alegres, romanticismo e incluso algunos toques de humor, consiguiendo transmitir una gran amalgama de sentimientos.

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La calidad de animación que tiene Viaje a Agartha es inconmensurable; posiblemente sea una de las cintas de animación con paisajes más realistas, vivos y detallistas que hay. Los colores elegidos son una pasada y los movimientos que tienen los personajes son fluidos y agradables. Además, no decae en ningún momento de las dos horas que dura la película. Para acompañar al fantástico dibujo en el apartado técnico, el compositor logra estar a la altura con un conjunto de fantásticas canciones, formadas en su mayoría por melodías donde predominan las dulces notas de piano, acordes con la tranquilidad del desarrollo de la película, aunque también tiene canciones llenas de viveza para las escenas de aventura y alegría.

Estamos ante una película familiar que desborda fantasía, muy entetetenida y divertida, pero también trata temas muy duros como la muerte. Es tranquila pero no aburrida y, aunque tiene algún defecto, es una producción increíble y memorable.