Volvemos a la carga una vez más con unas impresiones conjuntas de unos cuantos redactores del blog sobre algún anime del momento: esta vez el elegido ha sido Gatchaman Crowds, un anime basado en aquel ya mítico Gatchaman de Tatsunoko, con un centenar de capítulos emitidos el siglo pasado y todo un símbolo dentro de Japón.
Esta revisión, con unos diseños muy cuidados y una animación sencillamente espectacular no podía haber sido mejor opción para hablar de ella: a los tres redactores de este artículo nos ha gustado mucho, y se está posicionando, por méritos propios, como uno de los animes de esta temporada veraniega. Después del salto, las opiniones de Dorion, Ashita y servidor.
La opinión de Ashita
Kenji Nakamura me ganó con Tsuritama, y saber que volvía a trabajar con Toshiya Oono, también artífice del éxito de ese anime me situó las expectativas muy arriba. Y la verdad, Gatchaman ha sido tan loco y desenfrenado como esperaba. Me sorprendió mucho cuando supe que había un nuevo proyecto para resucitar esta antigua franquicia (estoy hablando de los setenta) pero lo poco que he visto me ha gustado. Este primer capítulo es muy introductorio, nos habla rápidamente de como funciona el mundo, nos presenta los personajes principales y poco más. La cuestión no es lo que nos ha contado (que se ampliará en los próximos episodios, espero) sino cómo lo ha hecho.
Este nuevo Gatchaman es un delicioso huracán de escenas visuales espectaculares y muy coloridas. No es que se hayan matado mucho con los fondos, pero los colores son atractivos y los planos cambiantes son, cuanto menos, fascinantes. Es de estos animes que, o te gustan mucho técnicamente, o terminas preguntándote si sufrirás algún ataque de epilepsia. Respecto a los protagonistas, estos no me han terminado de enganchar, pero las relaciones que pueden forjan pueden dar mucho de sí, empezando por el panda Paiman y terminando con O.D. La que en menos gracia me ha caído ha sido la heroína de la historia, Hajime Ichinose, que abusa de los kawai y en algún momento puede llegar a ponerte histérico. Pero en líneas generales, todos ellos podrían llegar a ser muy queridos.
En definitiva, Gatchaman Crowds se postula como uno de los pocos animes que podría salvar la temporada de verano (curioso que los dos que me han gustado más, Silver Spoon y este hayan empezado en la segunda semana de emisión veraniega) y es uno de los que seguro seguiré semana a semana, creo que merece mucho la pena.
La opinión de Dorion
Me asombra lo muy desprovista que está la industria del anime de profesionales con más estilo propio, más arriesgados y que se dediquen a aportar más del necesario funcionalismo para hacer que cualquier tipo de propuesta sea algo más que un proyecto viable. No es este un caso tan grave en el cine, pero lamentablemente sí que lo es en el ámbito de las series de televisión, donde hasta ahora sólo un nombre había conseguido abrirse paso a través de mi cabeza: Akiyuki Shinbo, director de Puella Magi Madoka Magica y Bakemonogatari.
Sin embargo –y si el visionado que he de realizar próximamente de Tsuritama me convence tanto como al amigo Ashita y al jefazo Sergi–, quizá Shinbo se halle más pronto que tarde compartiendo sitio con este tal Kenji Nakamura, pues el ejercicio de estilo del que hace gala este director en esta nueva revisión de Gatchaman –aunque no tan virtuoso como el de Shinbo en las series anteriormente mencionadas– ya es más que notable si se compara con la mecánica de trabajo de otros animes. Porque por encima de todo, el primer episodio de Gatchaman Crowds es eso: una demostración de estilo y tónica, más centrada en sentar precedentes y captar la atención que en empezar a configurar la narrativa formulada tras la idea de la historia. Y para eso, aunque no lo parezca, se necesita cierta destreza que en manos de otros puede quedar interpretada muy fácilmente como un ejercicio pretencioso tirando a mediocre, algo de lo que, a juzgar por lo visto hasta ahora, Nakamura parece ser plenamente consciente.
Será especialmente curioso a la par que atractivo ver como se desenvuelve Gatchaman Crowds a lo largo de sus episodios, sobre todo en el sentido de comprobar si puede ofrecer de verdad algo más que un caramelito para lucimiento exclusivo de un autor que, de momento, parece que lo tiene todo bastante bien cogido por el sitio idóneo: visualmente se despliega de forma bastante ambiciosa y colorida sin llegar a lo hortera, a nivel de personajes el único que enciende las alarmas es el de la cargante protagonista y su sentido del ritmo y del espectáculo, aunque aún un poco verdes, pueden dar mucho de sí se calibran adecuadamente. De momento, ya es, junto a Silver Spoon, el único que me ha convencido para seguirlo regularmente.
La opinión de Sergi
Hay mil razones por las cuales no me voy a poner ahora a ver el Gatchaman original de Tatsunoko, pero también hay una razonable cantidad de motivos por los que sí que voy a ver este nuevo anime veraniego que tanto me ha impresionado.
Este primer episodio contiene unos primeros minutos de este nuevo anime de relleno: no ocurre nada especialmente significativo, pero ahí Gatchaman Crowds ya demuestra cuál va a ser su principal estandarte como serie: su animación y sus coloridos diseños. Y aunque cuando lo ves te das cuenta de que, vaya, sí que hay algo más ahí de lo que sacar jugo, lo primero simplemente te hace seguir viéndolo. Y es que vaya calidad que vemos aquí: no suelo ser muy partidario de juzgar una obra enteramente por la superficie, por lo bonito, pero es que en esta revisión de Gatchaman está todo tan bien dibujado y tan perfectamente ejecutado que es difícil no quedarse embobado contemplando simplemente eso. Esto es algo que ya pasaba en Tsuritama y que sigue pasando aquí: el simple movimiento de las nubes ya es algo francamente bien llevado.
No es que al lado de animes hechos con más simpleza –que no malos– de oficinistas y sucedáneos un anime con hostias de roboces por así decirlo destaque más, que también, es que esto es bueno: es algo interesante, entretenidísimo y muy muy bonito.
Sí, abusa un poco de esa tendencia tan actual hacía lo moe en algún momento o diseño, pero eso no impide que todo lo demás funcione a las mil maravillas: desde lo sublime de las animaciones, tanto tradicionales como los CGI, hasta un argumento que, dentro de lo esperable, se mueve con soltura.
Al final va a resultar que el verdadero objetivo del grupo protagonista de este Gatchaman no es otro que salvar una descafeinada parrilla veraniega. Y eso, por ahora, lo han conseguido con creces.