Definitivamente ya estamos en verano. Y aunque muchos se apresuraron a decir que este año no sería demasiado caluroso, al final la cosa sigue siendo igual que siempre: hace un calor infernal y en general hay pocas ganas de hacer cualquier cosa.
Muchos aprovechan para irse de vacaciones, ya sea al pueblo o a alguna zona turística. Otros, simplemente, se quedan en casa. Y aunque ya estamos en pleno julio, los redactores de esta santa casa nos hemos puesto de acuerdo para proponer algunas lecturas veraniegas para hacerlo todo más ameno en esas horas muertas.
Estas recomendaciones las vamos a dividir en dos artículos, y esta vez hemos sido Moroboshi y Sergi los que nos ponemos al mando de la situación para recomendar un par de obras que, a pesar de ya tener sus añitos a sus espaldas, siguen siendo inquebrantables exponentes de calidad artística.
Moroboshi recomienda: Maison Ikkoku
Un mangaka no tiene por qué tumbarse a la bartola después de un exitazo o dos que le permitan pasar el resto de su vida sin dar palo al agua, como hace Toriyama. El caso de Rumiko Takahashi es totalmente opuesto: es la mangaka más rica de Japón, y según dicen una de las personas más adineradas del país, pero también una trabajadora incansable a la que conocimos sobre todo por Ranma 1/2.
Pues bien, entre todas sus obras yo recomendaría para que la leáis en verano Maison Ikkoku, que es la que ocupó a la Princesa del Manga justo antes de Ranma 1/2, entre 1980 y 1987.
El motivo es que entre todas las obras de la maestra Takahashi destaca porque se trata de un seinen de amor realista, sin elementos fantasiosos, donde —preparaos para la cursilada— la única magia es la del amor.
Su protagonista, Yûsaku Godai, es un estudiante de 20 años que no consigue entrar en la universidad ni a tiros y sigue intentando aprobar los exámenes de acceso año tras año. Vive en una pensión cochambrosa y está hasta las narices de sus excéntricos compañeros: la cotilla de la señora Ichinose, el misterioso señor Yotsuya y la desvergonzada y alcohólica Akemi Roppongi. Pero cuando decide marcharse… llega la nueva administradora de la pensión, la bella Kyôko Otonashi.
Godai se enamora de ella a primera vista y se queda en la pensión, pero para conseguir su amor se enfrenta a varios obstáculos: el protagonista es dos años menor que ella, para considerarse un hombre digno deberá no solo entrar en la universidad, sino terminar la carrera y conseguir empleo, y además tiene dos rivales: Mitaka, el apuesto y rico profesor de tenis de la chica, y el recuerdo de su marido, fallecido no mucho tiempo atrás.
Durante la lectura de este manga, que en el caso de la edición española se compone de 10 volúmenes de unas 300 páginas editados hace unos años por Glénat, acompañaremos a Godai en su trayecto para realizarse como persona y conseguir el amor de su vida, mientras sus carismáticos pero pesados vecinos y otros personajes se lo ponen un poco más difícil. Un manga entrañable y muy ameno, que combina perfectamente comedia y drama y que os gustará aunque no seáis fans de los mangas fantasiosos de Rumiko Takahashi.
Sergi recomienda: Dr. Slump
Realmente no es ningún misterio que Dr. Slump sea menos conocida que Dragon Ball en nuestro país: la primera presenta un humor obsceno y muchas veces complicado de entender para un niño, el cual siempre preferirá alejarse de esta brillante obra de humor para acercarse a las aventuras de Goku y cía, los cuales presentan unos planteamientos más sencillos de entender –en cuanto al concepto de lucha extenuada a lo largo de varios capítulos y fácil de disfrutar a esa edad con el morbo que la violencia supone–. Y encima, al final, muchos padres también prefieren que Bola de Dragón haga el papel de cuidador para sus hijos antes que un doctor pervertido como el que Toriyama presenta en Slump.
Pero aun así, el manga del que hoy hablo ha alcanzado igualmente cierto grado de fama dentro y fuera del mundillo. De hecho, para muchos ya entrados en materia, Dr. Slump es una obra con más trasfondo que Dragon Ball. Pero realmente yo no creo que realmente debamos compararlas en esa dirección: Toriyama ha dejado muy claro a lo largo de su no demasiado prolífica carrera como mangaka que ha tenido una línea de evolución progresiva hasta llegar a lo que es hoy. Puede que de manera involuntaria, o quizás en un para él satisfactorio cambio entre el humor sencillo típico japonés y las peleas más espectaculares, pero esa alteración de su tono original queda muy patente. Por eso, Dr. Slump no supone un rival para Dragon Ball. Sencillamente es una evolución, y esto se deja ver en el hecho de que casi toda la primera parte de la historia de Goku mantienen un estilo y una narrativa parecidos al de la otra serie.
Akira Toriyama, que como ya he dicho venía de hacer historias de corte cómico (unos cuantos los podéis encontrar en los dos tomos llamados Mankan Zenseki que publicó Planeta aquí), usó todo lo que había aprendido con esos one-shots, marcándose así una autentica genialidad de obra en la que presentaba a Arale, una niña robot con una capacidad física increíble creada por el doctor Sembei Norimaki. El escenario donde se suceden las disparatadas aventuras de la carismática robot y sus vecinos (casi siempre en torno a un nuevo invento del doctor) es Villa Pingüino, un extraño pueblo de lo más irreverente y extraño donde todo puede suceder.
Los episodios, cortos y directos, suelen romper en muchas ocasiones la cuarta pared entre lector y autor, demostrando que a éste no le importaba romper ciertos esquemas narrativos de la época (recordemos que esto se publicó en los 80) siempre y cuando la finalidad fuera el chiste y crear en el lector una satisfactoria lectura. Así pues, podemos ver como las viñetas se rompen más de una vez o como los personajes saltan de una a otra quebrantando una y otra vez cualquier regla espacio-temporal que pudiéramos imaginar.
La obra gozó de mucha popularidad en Japón, tanto mientras se publicaba en las páginas de la Jump como con su continuación en las de la V-Jump, esta vez a cargo de otro autor. El anime original, además, también tuvo un remake con nuevos diseños a cargo de Toriyama.
Dr. Slump es en definitiva una obra estupenda para leer en verano: es muy divertida, engancha y es fácil de leer, tanto de golpe como espaciando su lectura. Un entretenimiento brillante y que no nos obliga demasiado a pensar: simplemente tenemos que coger un tomo (ahora hay por ahí una kanzenban de 15 números de Planeta) y disfrutar.