En mundo paralelo muy parecido al nuestro, Staz, un vampiro con apariencia de adolescente, compagina su condición de jefe de una de las zonas que conforman el Mundo Demoníaco con su intransigente pasión por el manga, los videojuegos y la cultura japonesa. Sin embargo, esta aparententemente pacífica cotidianidad se ve tergiversada el día que Fuyumi Yanagi, una joven humana, entra por accidente en su mundo. Esta es la premisa bajo la cual Blood Lad, en su reciente estreno, se ha presentado ante el público. Perfilado como una de las apuestas más a tener en cuenta –dentro de lo que cabe– de la temporada de verano, al adaptación animada de la obra de Yuuki Kodama se abre de puertas al mundo con reacciones mayormente cautelosas, pero con la expectativa que conlleva esperar un desarrollo que explote las virtudes de un shonen tan al uso y con poco que ofrecer como el que, de momento, parece ser.
O eso es, al menos, lo que opinamos en Hablando En Manga. A continuación, los detalles de este primer episodio de Blood Lad.
La opinión de Calave
He de confesar que un servidor iba completamente a ciegas con este anime, porque aunque el manga está editado en España, no me lo he comprado.
Blood Lad ha resultado ser una comedia ligera, un shonen sin demasiado gancho que sólo nos ofrece personajes carismáticos, o cuanto menos curiosos, y algún gag graciosete. Esto no es algo malo per se, sino que con un buen guion y siempre que mantenga este nivel, podría llegar a ser un anime muy digno, eso sí, nada del otro jueves. Vamos, un anime regular de temporada como otro cualquiera.
El protagonista es un vampiro otaku que ejerce a su vez de líder territorial en el Mundo Demoníaco y la historia nos cuenta cómo decide emprender la misión de devolverle la vida a una chica humana que se ha transformado en un fantasma. Bueno, este es un planteamiento que ya nos advierte un poco de lo que nos vamos a encontrar, referencias a la cultura japonesa por un tubo, al más puro estilo Keroro. Si eso es algo bueno o malo, lo dejo a vuestro criterio. Existe además, como en todo anime actual, un componente importante de fan-service, aunque sin llegar a enturbiar la obra y/o molestar al espectador, lo cual se agradece.
Si tuviera que ponerle alguna queja sería que la trama en este primer episodio no avanza en una dirección clara. Aunque vemos una escena de lucha bastante escueta a mitad del episodio, el futuro inmediato no parece depararnos grandes momentos de acción, que por otra parte no le vendrían nada mal. Vaya, que el anime no parece que tenga previsto entrar en detalle ni profundizar demasiado en las vicisitudes de la historia.
Si vais sobrados de tiempo no dudéis en echarle un ojo, porque una risas seguro que os saca. Pero de cara al espectador que busca algo mejor, me preocupa que no sea capaz de engancharlo, que no sea capaz de ofrecer algo más que algunos chistes graciosos. Habrá que ver el segundo episodio, y probablemente el tercero, para terminar de juzgarlo, cómo suele pasar.
La opinión de Dorion
Si bien es cierto que lo que voy a decir no es nada extraordinario, se me antoja algo difícil adivinar por dónde van a ir los tiros con Blood Lad. Cabe destacar, además, que pesar de que la edición española del manga –llevada a cabo por Norma– comenzó hace relativamente poco, he tenido mis propios motivos para no acercarme a él, más aun sabiendo desde febrero de este año que tenía confirmada su adaptación al anime para este verano.
La razón de tanto escepticismo ante una obra que venía con unas referencias aparentemente positivas tiene raíz en una razón que, para mí, lo justifica sobradamente: su planteamiento tan típicamente shonesco, tan aparentemente calculado para configurarse alrededor de un único propósito para con el aficionado estándar, me causaba un miedo atroz. Llamadme exagerado, pero el sumo cuidado con el que me he aventurado a ver este anime ha sido, tirando por lo bajo, digno de mención. Es lo que tiene que se te presente como una serie protagonizada por un vampiro presuntamente adolescente, jefe de uno de los territorios que conforman el Mundo Demoníaco y aficionado a todo lo que surja de la cultura japonesa: que de aquí , puede salir desde un concepto original y eminentemente entretenido hasta un bodrio clónico sin personalidad. Siento el extremismo, pero las cosas como son.
Para ser sinceros, me hubiese gustado espantarme algunos fantasmas con este primer episodio y dejaros tan clara como fuere posible mi postura, ya fuera esta favorable o desfavorable, pero para mi propia desdicha, no va a ser así. A caballo entre momentos cómicos tan inspirados como puntuales, detalles sin mucha gracia y un fan-service mal disfrazado de erotismo no demasiado cansino –pero al que mejor no quitarle el ojo de encima–, este primer episodio de Blood Lad se ha dedicado a sembrar más dudas de las que ha podido despejar, así como a dejar notar una falta de gancho cuanto menos alarmante. Como le dijeron una vez a Julio César, la suerte está echada, pero como una vez dijo también el abuelo Simpson, mejor no vender la piel del oso antes de haberlo matado.