Por favor, ¡maten mi manga favorito!

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Empezar un manga es genial. Nueva historia, nuevos personajes, nuevas ilusiones, pensamientos de dónde colocarlo, si decorará bien la estantería… Pero hay algo mejor todavía: acabarlo. Sí, después de meses, incluso años de coleccionismo, de lecturas a cuentagotas, relecturas, posibles desavenencias como retrasos, aumentos de precio o peores calidades llega ese momento en el que se le pone fin y ya está completa esa serie. Encima, con la posibilidad de encontrarle otra sustituta. Todo es perfecto. Desgraciadamente, no siempre. Porque a veces ese ansiado momento no llega.

Y por eso este año estamos de enhorabuena: Evangelion y Gantz, entre otros mangas, se terminan. Cuando un manga te gusta mucho deseas que nunca acabe. Sin embargo, a veces llega un momento en que te gustaría ver cerrada la historia tras años y años de tramas cada vez más delirantes, de periodicidades imposibles o, por qué no, de aburrimiento.

El caso de Evangelion es ejemplar. En 18 años se han publicado 14 tomos. Ni uno por año, y tanto tiempo después la verdad es que casi da igual que acabe o no. De todas maneras, todavía cabe la posibilidad de que Sadamoto cumpla su amenaza de dibujar capítulos con los que completar toda la historia del anime. Pensando en todas las versiones y reversiones de este último sería posible. Pensando en que según avanzaba el manga el argumento tomaba rumbos distintos seguramente no. Y considerando que el señor se ha tomado su trabajo con mucha calma parece más posible creer que estará ocupado rellenando el depósito a sus Ferraris como cierta mangaka que dibujando EVAs.

Detective Conan es otro modelo de manga que ojalá se acabase de una vez. Y lo cierto es que llevan presagiando su fin desde hace años y no hay manera, a pesar de que ya medio Japón la ha palmado en sus páginas y de que la serie ha sufrido cierto síndrome Simpson en el que tiempo pasa para todo el mundo menos para los protagonistas. O eso o que el tiempo en Japón es tan variable que cada año gozan de varias primaveras. Para añadir más sufrimiento al seguimiento de esta serie, parece que el interés por este título desciende cada vez más en España, y se podría llegar a un momento en el que consiguiese no sólo el mérito de ser el manga más largo publicado en este país, también el primero cancelado en tres ediciones distintas.

ah-my-goddess-245596¡Ah, mi Diosa! es otro ejemplo. Se empezó a publicar en 1988 y 45 tomos después no hay visos de llegar a un final. Ni a un final ni a nada, porque el supuesto hilo conductor de la serie, el amor entre Keiichi y Belldandy no avanza ni a tiros. El manga es cada vez más bonito visualmente y sus historias más tontas, de hecho hace años ya que circulan teorías de que en realidad Fujisima hace tiempo que no mueve un lápiz por él. Sea como fuere, todo el mundo quiere mucho a las diosas, sí, y por eso es hora de que se retiren. ¡NEXT!

El de Bastard es un caso sangrante. Planeta lleva publicando la edición en tomos desde 1995. Edición de la que nadie parece acordarse, quedando dos tomos inéditos. Desde hace poco publica una edición integral de lo más resultona, de la que existen nueve tomos en Japón. Lo que nadie dice es que el manga sigue abierto en tierras niponas y, la verdad, nadie cree que vaya a terminar de publicarse nunca. De que tenga sentido en caso de que lo hiciese nadie apuesta por ello. Hagiwara será un maestro poniendo tramas, pero hace muchos capítulos ya que el argumento no existe o es incomprensible. Y claro, sabiendo los antecedentes, ¿quién se atreve a comprar Bastard en un formato de lujo más aún cuando su edición primigenia no se publica con mucha prisa?

Como colofón tendríamos a los mangas de la Shonen Jump, prácticamente da igual de cuál se trate. Cualquiera de ellos empieza con mucha fuerza, y tropocientos tomos después de la esencia original no hay ni rastro, oculto bajo una sucesión interminable de merchan, perdón, personajes, con batallas cada vez más típicas. Pero claro, un lector que no es fan porque sí y es bastante completista, quiere poner fin a la serie, aunque haga decenas de volúmenes que sigue con poco interés. Y ese final nunca llega. Por favor, ¡maten mi manga favorito!