El crowdfunding, una vía para la publicación de manga

thecrater

Con el mercado como está, la publicación de manga se ha complicado y la apuesta por el cómic japonés clásico y/o desconocido se ha vuelto más arriesgada que nunca, pues si en tiempos de vacas gordas vendía tan poco que hacía perder dinero a las editoriales, podemos imaginar que ahora que no tenemos tanto dinero en los bolsillos, las editoriales (que tampoco están para reveses económicos) nos traerán solo lo que creen que será un éxito de masas.

En tiempos como estos las ideas originales son las que triunfan y permiten que las cosas se puedan llevar a cabo, y concretamente el crowdfunding (el micromecenaje, que consiste en la financiación de proyectos por parte del público antes de que estos se hagan realidad) combina perfectamente con la edición de libros y manga, que es lo que nos interesa.

Este sistema, que implica hacer aportaciones económicas que se verán recompensadas con el producto en cuestión en cuanto se finalice —siempre que se recaude la cantidad mínima necesaria anunciada junto con el proyecto—, está llegando poco a poco al estado español, y más de un autor ha podido publicar su libro gracias a la inversión de sus futuros lectores.

A menudo diferentes cantidades aportadas reportan distintos «premios», que van desde el producto en sí hasta regalos como camisetas, chapas, pins y otros artículos de merchandising relacionados, e incluso hay proyectos que ofrecen hacer pequeñas aportaciones a cambio solamente de esos objetos, sin comprar el producto principal.

En los Estados Unidos el sistema del crowdfunding está funcionando bastante bien con el manga, y ya han llegado en inglés unas cuantas obras del Dios del Manga, Osamu Tezuka, gracias a empresas como Digital Manga Publishing (que además de varios títulos yaoi ha hecho posible la publicación en papel de obras del maestro como Unico, Barbara, Swallowing the Earth, Triton of the Sea o recientemente Atom Cat, parodia de Astroboy), y lo cierto es que a precios bastante razonables, pero eso sí: son ediciones limitadas y cuando se agotan no hay quien las encuentre.

tezukaosamuRecientemente ha surgido otra editorial que se atreve con Tezuka y tras muchos meses de esfuerzo está a punto de publicar The Crater, una recopilación de historias cortas que de hecho salió hace años, en dos volúmenes, en Francia, país europeo muy avanzado en el tema del cómic, donde el manga clásico o para gourmets no supone un riesgo editorial.

Estamos hablando de Kansai Club Publishing, un proyecto de empresa que en unos días terminará con éxito su primera campaña de crowdfunding en la popular web Kickstarter después de superar con creces el objetivo inicial de 3.500 dólares, que solamente cubría costes, aunque la adquisición de la licencia costó mucho más, tanto en términos económicos como en negociaciones con los herederos de Tezuka, pues al fin y al cabo lo del micromecenaje es algo relativamente nuevo y requiere un importante salto de fe.

Se trata de una cuidada edición de la mencionada The Crater (cuyo título original era ya en inglés), de calidad, en un solo volumen de más de 500 páginas y con tapa dura, que Kansai asegura se publicará sí o sí, dado el esfuerzo dedicado hasta el momento, pero que en caso de superar las expectativas (algo que ya ha ocurrido) se abrirán posibilidades como el aumento de la tirada limitada prevista (inicialmente 2.000 copias) o la llegada de nuevos mangas «oscuros y desconocidos», como esta recopilación de historias de terror de 1969 que, para esta edición, incluye una historia extra sobre el racismo en los Estados Unidos que se incluyó en Japón en la edición de The Crater de 1974 y que los editores querían que llegara también al público estadounidense.

Como curiosidad hay que añadir que Kansai Club cometió un error de cálculo: los gastos de envío le saldrán más caros de lo previsto, pero aun así no va a cobrar más y asegura que se conforma, esta vez, con no perder dinero. En el caso europeo, si os interesa comprar este libro deberéis aportar 35 dólares más 18 de envío internacional (como decimos, al parecer una cantidad insuficiente para un libro de estas características), lo que son en total unos 40 euros al cambio. Si no, como su realización está asegurada, siempre podéis esperar hasta que se publique y llegue a tiendas británicas online de las que no cobran envío, que las hay y son la mejor forma de comprar libros y cómics en lengua inglesa sin preocuparse por los gastos adicionales.

La pregunta es: ¿esto funcionaría aquí? ¿Sería la forma de traer cosas que ninguna editorial establecida piensa licenciar? Difícilmente, porque España acaba de salir por los pelos de la lista 301, un documento de la Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual (IIPA) que observa a los países donde se cometen más infracciones relacionadas con la piratería, y a nadie se le escapa que aquí el anime se ve descargado (u online) y el manga se lee escaneado y traducido por aficionados. Aquí pagar es el último recurso y más ahora, en tiempos de crisis.

Una dolorosa prueba de que esto en principio no saldría bien en este mercado es el fracaso de Anime Project, que como os contamos tuvo que dejar sus proyectos, para los que usaba la plataforma Kifund, porque tras el éxito de la edición de la serie Faye/Stay Night la película de la misma tuvo mucha menos acogida y ni siquiera se acercó a la cifra mínima necesaria, con lo que la compañía se vio forzada a dejarlo, en principio una temporada.

dgthfghgfhPor otro lado, este sistema tiene un punto débil: no sirve para obras largas, porque cada volumen es una apuesta y parece complicado intentar un proyecto de más de dos entregas. Al lector español de manga, como ha demostrado a lo largo de los años, le interesan más bien poco los mangas «antiguos» y pide (aunque luego no siempre compre) mangas modernos, comerciales y largos que las editoriales traen o no, según distintos factores. Es decir, no esperemos ver a nadie iniciar un proyecto con la tan solicitada Eyeshield 21, por poner un ejemplo. Nadie financiaría con crowdfunding 37 volúmenes de periodicidad irregular, y tampoco aceptarían las editoriales japonesas licenciar obras de estas características para que se financien de esta forma.

Lo único que podemos hacer es esperar, con mucho optimismo, una recuperación económica, un cambio de actitud respecto a la propiedad intelectual, que las editoriales tradicionales se atrevan con más Tezuka (u otros) y, solo entonces, que surjan proyectos de micromecenaje aprovechando esa hipotética situación, pero no que este sistema se convierta en el estándar.

¿Qué opináis vosotros?