“Having found the bomb we have used it. […] We shall continue to use it until we completely destroy Japan’s power to make war. Only a Japanese surrender will stop us.”
Harry Truman, 9 de agosto de 1945, tras lanzar la segunda bomba atómica sobre la ciudad portuaria de Nagasaki.
Saltemos 10 años en el tiempo y situémonos en los 50. Mientras países como Alemania Occidental tienen el milagro económico alemán, los Estados Unidos de América están en su pleno apogeo tras el crack del 29 y la Segunda Guerra Mundial y la URSS es el pilar mundial del comunismo, otros países tienen que soportar la humillación de haber perdido la guerra y tener la población en la más mísera pobreza. Uno de estos países es Japón, de los más afectados (sino el que más) tras la II G.M. El hecho de que hubiera seguido luchando tras la caída de Hitler y el nazismo y haber sido el primer país del mundo en ser bombardeado con armamento nuclear no ayuda. La mayoría de la población está desempleada y abundaban los atracos, la prostitución y las estafas. Las familias están desestructuradas, con los patriarcas e hijos mayores perdidos en el frente, muertos, o han vuelto traumatizados y/o heridos. Además, los americanos están retirando su ocupación tras establecer un régimen democrático, abandonando la mayoría de bases militares establecidas por todo el país, centros muy importantes de mercado negro porqué la legislación japonesa es ciega y la ley marcial la dictan los generales, siempre buscando el beneficio de sus propios bolsillos.
En esta época se situa el seinen Rainbow: Nisha Rokubo no Shichinin (Rainbow: Los siete criminales del recinto dos, celda seis), escrito por George Abe (Hei no Naka no Korinai Menmen) e ilustrado por Masasumi Kakizaki (Green Blood, Hideout). La historia comenzó a publicarse allá por el 2003 en la Weekly Young Sunday, pasando posteriormente a la Big Comic Spirits por el cierre de la otra, ambas de la editorial Shogakukan. Además, en 2005 fue galardonada con el Shogakukan Manga Award. En febrero de 2010 se publicó el Volumen 22, poniendo punto y final a esta gran serie. Este mismo año, el estudio Madhouse se encargó de la adaptación al anime, dirigido por Hiroshi Koujina, y tuvo 26 episodios. Solo adaptaron 12 tomos, dejando abierta la puerta a una segunda temporada.
“Han pasado 10 años desde la derrota en la guerra. Japón es un país desgastado, donde no hay nada para comer o vestir para los que no tienen hogar. En una guerra causada por los hombre poderosos, son las minorías (la gente mayor, las mujeres, los niños) las que sufren. Afrontando sus estómagos vacíos y sus corazones rotos, 6 chicos son engullidos por el reformatorio juvenil Shohan. Igual que las hojas caídas atrapadas por la corriente, ellos son transportados sin remedio”. Así empieza la narración la voz en off del manga. La historia no solo sigue la vida de los siete protagonistas y su supervivencia en un ambiente hostil, sino que también nos cuenta su desilusión debido al rechazo del mundo exterior y de sus familiares. Cuando son ingresados en la escuela especial se encontrarán con Rokurota Sakuragi, un chico que ya lleva tiempo en el reformatorio y que, tras una paliza de bienvenida, les ayudará a creer en los demás y les enseñará a no rendirse jamás y a ayudar al prójimo. Todo ello acompañado de los lazos de amistad y compañerismo que se forjarán y durarán a través de los años. Cabe decir que este manga no nos cuenta una historia fácil, no es apto para todos los públicos, hay escenas explícitas de sexo y violencia que pueden perturbar a los estómagos menos fuertes. Además, los autores tienen la cruel perversión de hacer que los chavales sufran lo insufrible, para poder explicar una bonita historia de amor y superación.
¿Y los protagonistas se merecen haber acabado en el reformatorio? Como nos indica el narrador en la introducción, todos ellos son víctimas de la sociedad y de la época. Está Mario, que lo arrestaron por intento de homicidio tras dar una paliza a su profesor porqué violaba a una compañera de clase. Soldado, que protegiendo a su madre de su novio por violencia doméstica se pasó de fuerza y lo envió al hospital. Descubierto, encerrado por fraude y atracos intentando conseguir algo de dinero para su familia. Repollo, que tuvo varios episodios de violencia cuando iba borracho, Joe, que agredió de forma desmesurada a un individuo que intentaba violarle o Tortuga, huérfano de guerra y superviviente de un bombardeo nuclear, que malvivía robando. Todos ellos son enderezados por su senpai, Rokurota Sakuragi, que se convertirá en su guía espiritual, su rol a seguir y su hermano mayor.
En el apartado gráfico, podríamos definir el estilo como “sucio”. El dibujo de los personajes y los fondos es claramente bueno, y además se aprecia una clara mejoría a medida que vas leyendo los tomos, pero utiliza tonos muy oscuros y difuminados, para dar una mayor sensación de agobio. Además, los autores juegan con el tiempo, utilizado como metáfora para expresar los sentimientos de los protagonistas.
En la versión animada Madhouse hizo un excelente trabajo. A dos episodios por tomo aproximadamente, no hay espacio para rellenos, el ritmo es rápido y no hay tiempo para aburrirte. La animación es excelente, sin altibajos, y hay una estilización de los personajes. Al ser anime, pueden jugar más con los cambios de tiempo y resaltarlos. La banda sonora es muy buena y variada, y cuenta con un opening espectacular y un ending mediocre. Además el anime termina en el momento justo, antes de un salto temporal, así no deja la historia colgada.
¿Me gustó la historia? Sí, mucho. La trama es atractiva, no nos intenta enseñar historia japonesa, es una oda a la superación. El punto bueno del planteamiento es que no solo se centra en el periodo del reformatorio, sino que seguirá a los personajes a lo largo de su vida, evitando de esta forma un estancamiento. Los personajes sufrirán muchas desventuras, siempre intentando librarse de los fantasmas de sus pasados. Referente a los protagonistas de la obra, aquí hay un poco más de controversia. Los mangakas intentan darles igual protagonismo a todos, pero siempre hay un favorito que recibe más atención de la cuenta. Todos ellos son personajes redondos, que irán madurando a medida que crezcan. Si un punto no me ha gustado de su psicología, es su adoración a Sakuragi, el hermano mayor. Si alguien me diera un euro por cada vez que alguno de ellos dice An-chan o sinónimos de este, sería capaz de costearme toda la obra y aún quedaría algo para… ¿comprar media colección de Kochikame? Hay que tener paciencia en este aspecto. En definitiva, que lo recomiendo a cualquier amante del buen seinen, que está bastante marginado en nuestro mercado.
¿Hay alguna posibilidad para que las editoriales traigan este manga? Seamos sinceros, muy pocas. Si queréis leerlo tendréis que comprar los tomos en francés (Kazé editó todos los tomos), japonés o tirar de scans. El anime está traducido tanto en castellano como en inglés, pero como que se termina a partir del tomo 12, deberéis buscar otros medios para seguir la historia si os gusta. O esperar que Madhouse anuncie otra temporada (lo veo poco probable).