Avalancha editorial, licenciar en tiempos revueltos

simonsues

Japan Weekend Manga,  Yowu Entretainment, Milkyway Ediciones, o la finalmente non nata LinePro. Son muchas las editoriales y distribuidoras, tanto de manga como de anime, que han surgido cuál políticos corruptos entre finales del año pasado y lo que llevamos de 2013. Algo curioso dado que el bolsillo de los ciudadanos no atraviesa épocas de bonanza precisamente.

De hecho, las nuevas licencias que entran en nuestro país, si bien son superiores a lo que veíamos arrastrando los últimos años, no llegan ni de lejos a los picos que se alcanzaron en 2006-2007. Y aun así, el número de empresas que entran en el sector no para de crecer a ritmo alarmante. ¿Hay cuota de mercado para todas ellas? Quizás sí, pero hay que enfocarlo en la dirección correcta, y no todas lo hacen.

En el marco del manga tenemos una serie de apuestas por integrarse en diferentes sentidos. Las nuevas editoriales entienden que es imposible competir con las 5 grandes (Norma, EDT, Ivrea, Panini y Planeta) en su terreno, es decir, en la adquisición de grandes licencias y la impresión de extensas tiradas. Tampoco lo pretenden. En su lugar, apuestan por nuevas formas de integración, en ocasiones poco acertadas.

El formato digital supone una reducción tremenda de los costes, tanto por el ahorro de los gastos de impresión, como por la consecuente anulación de los pagos a intermediarios (las distribuidoras habituales pueden llegar a llevarse el 50% del coste de cada tomo). En contraposición a esto, tenemos que la mayoría de compradores prefiere la edición en papel de toda la vida. Porque veamos, si nos esperamos a que licencien aquí una serie a una media de 8 eurípides el tomo, en vez de leerla por “scans”, es porque detestamos al hombre blandengue leer pegados a la pantalla de nuestro ordenador. A no ser que sea una web tan buena como esta eh, ojo, desde la sincera objetividad. En definitiva, que sin tener datos de ventas (y me encantaría que alguien los tuviese y me dijese si estoy equivocado), pienso que los lectores que pagarán por leer un manga de calidad media en sus ordenadores están contados con los dedos de las manos (y los dedos de los pies, […], todos suman 23).

bslog

¡Esta historia es un Déjà Vu!

Otra idea que se ha barajado, en mi opinión igual de errónea, es la producción de revistas con una cierta periodicidad, siguiendo el modelo nipón. En este campo pudimos ver recientemente el intento de Ediciones OrangON, ahora cerrada por motivos que muchos conocéis y que tampoco voy a comentar aquí. Los señores de esta editorial oyeron el clamor popular que decía algo así como «Estaría genial una revista como la Shonen Jump que publicase buenas series manga en nuestro país», y se propusieron hacerle caso al público, sin plantearse que el público no siempre tiene razón. Quiero decir, a mí también me gustaría que de repente tuviésemos aquí una revista que publicase series, que fuese la repanocha, y que cada semana, o cada mes, nos proporcionase una dosis de buen y variado manga. Desde el punto de vista del público es estupendo, pero como modelo de negocio es deficiente.

De hecho, poniéndonos en antecedentes, este proyecto a mayor escala ya lo había puesto en marcha Planeta con B’s Log, y fracasó por la variable calidad de sus series y sus retrasos. Y ojo, estamos hablando de una revista que publicaba series de aceptable calidad. Si haces lo mismo con unas series mediocres y en formato digital, el resultado es que no te comerás un «torrao». El lector quiere las cosas buenas, bonitas y baratas, y eso no es viable amigos editores, al menos no en un mercado tan limitado como el español.

Entre los que lo están haciendo bien está Jointo, que se pasó a la parte editorial del negocio licenciando el año pasado Holy Knight (bajo el sello de Japan Weekend Manga), un tomo autoconclusivo que constituye una apuesta discreta pero con bajo riesgo. Claro, también es verdad que Jointo ya saca sus beneficios de la organización de eventos, y quizás por eso no le hace falta buscar grandes beneficios con sus licencias.

En otra línea está Milkyway Ediciones, que ha decidido apostar por el manhwa con Simon Sues, y también han anunciado la próxima llegada de Grey is… o Two Keys. Esta apuesta ya entraña un poco más de riesgo teniendo en cuenta que son los únicos que actualmente publican cómics asiáticos no-japoneses, con una gran mayoría recelosa detrás. Pero aún así creo que puede funcionar, pienso que hay cierto sector que puede estar dispuesto a probar cosas nuevas, bien sea por curiosidad, por pura voracidad lectora, o por coleccionismo. Está claro que no son series para «petarlo», pero de ellas también viven las editoriales. Todo a su tiempo. Personalmente, no creo que una obra sea mejor o peor por la nacionalidad de su autor.

holyknight

En lo que a anime se refiere, la cosa avanza despacio y con paso temeroso. El mercado del anime en nuestro país no es para tirar cohetes – y nunca lo ha sido realmente–, pero aún así, empresas como Yowu Entertainment o Rainbow Entertainment han nacido con la sana intención meterle mano al duopolio de Selecta Visión y ARAIT Multimedia.

El mercado del anime es complicado. Se tienen que elegir muy bien las licencias, teniendo en cuenta que pocas veces estarás ofreciendo algo nuevo al público, sino que sólo les estarás vendiendo a los fans la versión en castellano de algo que, generalmente, ya han visto – ¡Ay! ¿Pero es que no veis los Goyas? ¡Descargarse cosas está muy MAL!–.  Además, es obvio que no cuesta lo mismo adaptar un manga que una serie de anime, con todos los gastos de traducción, doblaje, edición, distribución… que esta última conlleva. El resultado es un producto más caro y más difícil de vender. En base a esto hay cosas que las empresas deberían tener cuenta antes de lanzarse a adquirir nuevas licencias.

En primer lugar, fijándome en lo que suelen licenciar Selecta y ARAIT, reconozco tres patrones que, supongo, deben ser en cierto modo rentables. El primer tipo de series son los grandes éxitos, muy extensas, pero sabes que podrás colocarlas en algún canal de televisión por el reconocimiento internacional que han obtenido, es el caso de One Piece, Naruto o, más recientemente, Fairy Tail. No requieren de un público entendido y abarcan toda esa franja de edad, altamente sugestionable, que va desde los 7 a los 14 años, más o menos.

También hay un grupo constituido por series, no tan renombradas, pero con una legión de fans que probablemente se harán con ella. Esto fue por ejemplo lo que llevó a Madoka Magica y a Blood-C a ser grandes éxitos de ventas. Ediciones coleccionista, ediciones limitadas, Blu-Raises… por hache o por be, acabarás vendiéndolas.  Por último y más importante en mi opinión, los largometrajes de animación japoneses son una apuesta casi segura, no sólo por el público fiel, sino también por su amplio espectro comercial. Bien sean padres que quieren introducir a sus hijos en el mundo del anime, consumidores habituales, o gente que disfruta del buen cine, este tipo de películas ofrecen una calidad excepcional, propia de una tierra donde se rinde culto a la animación.

lamagiadezero

Yowu Entretainment licenció no hace tanto Zero no Tsukaima, una serie con 4 temporadas de 12 episodios cada una. Se trata de un muy buen anime, no lo niego, pero que no tiene suficiente peso en nuestro mercado como para suponer un objeto de deseo entre los aficionados. Además, hay que tener en cuenta que nadie tiene la seguridad de que las cuatro temporadas vayan a ser importadas a nuestro país, sino que ello dependerá de las ventas. Todos sabemos lo mucho que nos gusta completar colecciones, ¿quién va a gastarse tanto dinero en una serie que no sabe si acabará completando? Sinceramente, ojalá me equivoque, pero creo que licenciar esta serie ha sido un fallo garrafal, el comprador va a medir mucho sus pasos a la hora de hacerse con ella.

Por su parte, Rainbow Entretainment (entrevista en Deculture), aunque aún no se conocen detalles de ninguna licencia, ha manifestado su predilección por las series de corta duración y los largometrajes. No quiero adelantarme, pero de entrada, su estrategia más comedida, me parece que se adecua mejor a la situación actual y a la realidad de su propia posición.

Con todo esto quiero decir que, en mi opinión, esta avalancha editorial responde más a la falta de trabajo en el seno de la sociedad española que a un mercado en expansión. Independientemente de ello, creo que si se esfuerzan y no pecan de ambiciosos, puede haber un trozo del pastel para cada uno. Después de todo, si por algo se caracteriza el consumidor de manga y anime, es por su constancia, y si puede permitirse comprar más, comprará más.