Reseña de Historia de un vecindario

bcmveU2Cuando un manga triunfa es normal que sus seguidores quieran saber más de la serie o de su autor, y es el momento idóneo para publicar series antiguas del mangaka para aprovechar el tirón. Gokinjo Monogatari, Historia de un vecindario en la edición de Planeta, venía precedida en su publicación en español por el éxito de Nana y de Paradise Kiss, especie de secuela de la serie que nos ocupa. Para 2009, Ai Yazawa ya era una artista consagrada en el mercado español, por lo que no fue de extrañar que sus mangas antiguos fuesen editados en lujosas publicaciones. El primero de ellos fue Gokinjo y el resultado fue un poco agridulce, teniendo en cuenta de las expectativas creadas por los anteriores mangas publicados. Para cuando creó Nana, Yazawa ya era una artista consagrada, tenía su estilo y sus aptitudes ya habían madurado, mientras que en Historia de un Vecindario aún no había conseguido tanta perfección.

El argumento de Historias de un vecindario es sencillo: Mikako siempre ha estado muy protegida por su entorno, y cuando Tsutomu, su vecino y amigo de toda la vida, empieza a ser popular entre las chicas, Mikako no lo puede aguantar. ¿Sentirá algo más por él? Con esta premisa empieza la historia de ambiente muy costumbrista, a pesar de lo especial del entorno de Mikako: su madre es una reputada mangaka, su padre fotógrafo, ella quiere ser diseñadora de modas y para ello estudia en una escuela de artes y oficios de lo más friki, empezando por su directora, la misma creadora del manga, y terminando por cualquiera de sus alumnos. Aparentemente, el escenario y el argumento es de lo más atractivo, y sin embargo, el manga es un poco regular. ¿Por qué? Por el nulo interés de la historia principal: No hay en absoluto intriga alguna en los devaneos amorosos de Mikako y Tsutomu, las historias de los personajes secundarios son mucho más interesantes.

Si no fuera suficiente con que los personajes secundarios roben protagonismo a los principales hay momentos en los que el manga se centra tanto en la cotidianeidad que la historia principal pasa a un segundo plano: la trama amorosa se paraliza durante páginas y páginas para explicar como forman el club Akindo, para explicar los devaneos amorosos de los secundarios… Además, para contar el día a día de la protagonista presentan muchos personajes que luego no tienen relevancia alguna a pesar de lo que podía parecer.

A pesar de estos inconvenientes Historia de un Vecindario tiene sus cosas buenas. Por ejemplo, resulta muy interesante como los personajes tienen que madurar tomando decisiones nada fáciles. Y hay que prestar mucha atención a ese último capítulo tan enlazado con Paradise Kiss.

Planeta ofreció una edición estupenda, sin ser kanzenban tenía todos sus extras: páginas a color, papel satinado, ilustraciones adicionales. Si hubiese que ponerle un pero, sin duda sería la cubierta de cartulina mate, muy frágil y nada resistente a rozaduras. Una edición de coleccionista para manos muy delicadas.