Prophecy es una cosa que nos ha llegado un poco porque, bueno, el seinen se está poniendo más o menos de moda. (Pfff). Esto Planeta antes no lo hubiese sacado bajo ningún concepto, y suena su licencia un poco más a un «vamos a ver qué hay por aquí que podamos sacar con estas características» que a la búsqueda de un título que realmente pueda funcionar por motivos propios. Que este primer tomo de Prophecy invita a leer más (al menos su segunda mitad), para qué nos vamos a engañar, pero a santo de qué tenemos ahora esta serie de tres tomos sobre terroristas con conocimientos de social media.
En materia: el primer tomo de la historia de Tetsuya Tsutui habla sobre un grupo de policías poco carismáticos que se encuentran con un tipo que, encapuchado con el periódico del día, amenaza a su sociedad mediante el uso de las redes sociales, creando pequeñas parcelas de terror social y llevando a cabo unos cuantos crímenes en pos de una sociedad más justa.
A mí todo me ha recordado un poco a Death Note, solo que peor, bastante peor. Hasta la parte final del tomo, donde el aburrimiento y el tedio parece apartarse para mostrar algunas cosas mucho más interesantes y, oh casualidad, alejadas de los anodinos agentes japoneses de seguridad, la cosa se lee entretenida pero sin tirar cohetes; el dibujo a ratos regulero no ayuda mucho tampoco. Pero de verdad: esa última parte me ha dejado con ganas de más, de bastante más. Claro: ahí la historia se aleja de lo informático y detectivesco para contar un pequeño relato sobre injusticias y humanidad interesante y bien dramático; confío en cualquier caso en que los siguientes tomos me van a gustar mucho más, viendo los precedentes e imaginando por dónde puede tirar la historia ahora. Compra recomendada.