Con la emisión en La 2 de La familia crece, el anime de Marmalade Boy, Wataru Yoshizumi se convirtió en la reina del shojo en España. Curiosamente, ese otoño de 1998 coincidieron la emisión de la serie y la edición del manga, un absoluto éxito de ventas que dio pie a la publicación de más obras de la autora y de otras artistas de la revista Ribbon con un estilo muy parecido. Todas las series de Yoshizumi consiguieron bastante popularidad hasta Random Walk, no tan apreciada por el público. Este manga de 3 tomos explicaba las aventuras y desventuras amorosas de Yuka, una adolescente bien criada en el lema de vivir todas las historias de amor que pueda, y como no podía ser de otra manera, el manga es una sucesión de romances.
Quizá sea esta premisa la que provoque el rechazo del manga. Las anteriores obras de la autora partían de situaciones muy llamativas: unos padres que se divorcian para hacer un intercambio de parejas, una chica divorciada con 16 años, o un chico que se traviste para estar con su hermana gemela. Comparado con situaciones así, el comienzo de Random Walk es bastante vulgar. Su desarrollo tampoco ayuda. En cuanto Yuka termina una relación, a la página siguiente ya tiene a otro chico a tiro. Y como el paso del tiempo no está muy bien reflejado en sus páginas, da la sensación de que a la protagonista el amor y el desamor le dura un suspiro, perdiendo cualquier atisbo de profundidad sentimental.
Sin embargo, Random Walk también cuenta con algunas virtudes. Tiene personajes muy interesantes, como las amigas de Yuka, y esa narración tan rápida de los romances ofrece la ventaja de no guardar nada de paja. Las relaciones se explican rápido, al contrario de otras series eternas en ese aspecto. Y en el aspecto gráfico es intachable. El estilo de Yoshizumi se encuentra en las páginas de esta historia en su explendor.
Quizá la clave de esa impopularidad entre los compradores de nuestro país sea el desfase entre su edad y aquella a la que el manga va dirigida. Aunque los personajes tengan 16 años siguen viviendo el amor de una manera muy principiante, y entienden estar en pareja por salir juntos, darse la mano y algún besito. Aquellos fans de Yoshizumi que empezaron a leer Marmalade Boy en su adolescencia, para la publicación de Random Walk ya tenían una madurez que demandaba historias con otro interés y que Random Walk estaba lejos de ofrecerles.