La verdad es que otra vez me he dejado llevar por las críticas positivas y entusiasmadas de los fans en internet y me he animado con esta nueva apuesta de Norma. ¿Cuándo aprenderé que por internet absolutamente todo le parece genial a todo el mundo? Y es que esta apuesta de momento no me ha salido muy bien.
Las flores del mal obtuvo gran popularidad el año pasado con la emisión del anime en Japón, popularidad debida sobre todo a su perturbador estilo de animación y a una historia más inquietante aún. Leído este primer tomo creo que lo perturbador debe llegar después pues la historia de estas primeras páginas me ha resultado entre cutre y estúpida. De hecho, lo único que consiguió sobresaltarme fue la ¿confesión? del autor en las páginas extra.
La historia gira en torno a tres personajes: Takao Kasuga, el pedante protagonista calzonazos y gilipollas, Nanako Saeki, la doncella virginal e ingenua y Sawa Nakamura, una supuesta diabla bastante malhablada.
Tras una breve introducción a estos tres personajes empieza la trama con Takao robando medio por accidente la ropa de gimnasia de Nanako. El asunto se hace una bola al considerar una perversión robar una camiseta y un pantaloncito, Takao se siente muy culpable pero no consigue deshacerse de las pruebas del delito incluso cuando Sawa le dice haberlo visto todo y empieza a hacerle un chantaje consistente en obligarle a hacerle compañía por las tardes, compañía con algo de roce. Por su parte, Nanako y Takao también tienen sus propios momentos de sonrojo al rozar sus manitas, sentir los pechis de ella en su espalda y demás chorreces varias, terminando el tomo con el prota teniendo una cita con su musa llevando por debajo la ropa de ella, algo muy escandaloso pues como todo el mundo se espera dos niños que montan un drama por darse los buenos días en su primera cita se van a despelotar en cero coma.
Podría tener en cuenta las diferencias entre las culturas japonesa e hispana, pues seguramente, para el lector nipón, algunas de las situaciones sí resulten tan turbadoras o vergonzosas como las presentan en el manga, aunque después de leer historias de corte similar apoyándose en el erotismo como Sundome o casi en la pornografía como La chica a la orilla del mar lo visto en Las flores del mal en este primer tomo me resulta monjil por muy decorado que esté con referencias literarias. Me da la sensación de que o bien todavía no ha llegado lo gordo o como en el manga se ha magnificado una nimiedad y en realidad no es tan crudo ni enfermizo el relato del despertar sexual y sentimental del adolescente protagonista. ¿Dará un giro en siguientes tomos o será la típica historia de un imbécil mangoneado por un par de calentonas?