Rin-ne #14 La vecinita

rinne 14A estas alturas de la vida a nadie le sorprende ni puede negar que Rumiko Takahashi es una mangaka con oficio, con una narrativa excepcional capaz de contar cualquier historia y levantar el argumento más trillado y sobado hasta hacerlo de lo más interesante. Y en Rin-ne, sin prisa pero sin pausa, sigue demostrando sus buenas artes. A primera vista Rin-ne parecía una serie más del montón: historias de instituto, elementos sobrenaturales tan de moda en este momento, mascotas monas y uniformes de colegiala.

Con un planteamiento inicial algo pobre (Sakura Mamiya puede ver espíritus, descubre que Rokudô es un shinigami con poblemas de liquidez y le ayuda; o más bien estorba, en su negocio de ayudar en casos paranormales) la autora va creando todo un universo con multitud de secundarios, un rico trasfondo y varios polígonos amorosos.

Todo ello sin perder el norte y crear sagas de combates y más combates. En este tomo catorce, se sigue conservando el planteamiento inicial.

Así, en este tomo se nos cuentan varias historias: la primera de ellas parte del misterio de una peligrosa cuesta, en la segunda se explica la disputa por una herencia gatuna. En la tercera se da otro aire a la tradición del setsubun, mientras en la cuarta Rumiko aprovecha para ahondar en el triángulo amoroso principal gracias a una maldición de un zorro de nueve colas. Y finalmente hace aparición un nuevo personaje, Renge Shima, brillante y bella chica con un especial rencor por Rokudo que pondrá en grandes apuros a los protagonistas.

Lo curioso de este manga es que todos los capítulos están escritos de tal manera que se pueden leer sin saber nada de lo anterior, pues todo lo excepcional la autora lo explica una y otra vez, no vaya a ser que el lector pierda el hilo por no saber cómo se usa el haori del inframundo o cuál es la habilidad de uno u otro personaje. Algo muy cómodo, sin duda, aunque después de catorce tomos quizá no debería explicarlo unas tres veces por volumen.

Y si ser capaz de mantener el planteamiento inicial es una cualidad muy positiva, también es algo negativo la escasa evolución de los personajes. Por ejemplo, a pesar de todas las evidencias, Mamiya sigue sin darse cuenta de los sentimientos de Rokudô y Jûmonji. Da la sensación de que la historia no avanza en absoluto, hecho que también se agrava por la aparición de más y más personajes secundarios. Estos aspectos negativos no tienen por qué ser malos, Ranma también adolecía de ellos y acabó siendo un manga redondo. Hay que darle un voto de confianza a Rin-ne mientras se disfruta con sus estrambóticas aventuras.