Primeras impresiones de los redactores con Rail Wars!

rail wars

No es que haya llamado mucho la atención, pero podemos apostar a que la de Rail Wars! era una de las propuestas más perfiladas para ello: basada en la series de novelas ligeras de Takumi Toyoda, lo último de Passione y TBS nos ubica en un universo alternativo en el que la industria del ferrocarril japonés sigue perteneciendo al estado y no ha sido aún privatizada, y que, por si fuera poco, goza de un gran prestigio a nivel nacional. Lo suficiente, según parece, para los jóvenes del país del sol naciente vean como un sueño trabajar y formar parte de ella. Qué cosas.

Bromas y prejuicios aparte, la premisa es curiosa y no más disparatada que la mayoría de la oferta estival anime, decíamos, pero una cosa no quita la otra y, según lo que comentan a continuación Adrià y Ashita, Rail Wars! parece más una candidata a engrosar las listas de animes sin pena ni gloria, por no decir directamente olvidables. Más detalles tras el salto.

La opinión de Adrià

 

Rail Wars! es de esas series que tienen tan rotundamente claro qué quieren hacer que pueden permitirse el codiciado lujo de exigirle una condición intangible al espectador: que o bien tome lo que tiene ante sus narices, en todo su significado y expresión, o bien lo deje discretamente sin hacer ruido ni  joder la marrana. Es comprensible: divagar y rajar simultáneamente de un producto como el que propone el estudio Passione es un ejercicio cuando menos estéril y sin demasiado sentido práctico, pues el target al que apunta el tono de la serie queda tan claro a las primeras de cambio que a todo hijo de vecino le bastan menos de cinco minutos para saber si pasará o no del primer episodio.

Preferencias autoconscientes aparte, lo que propone Rail Wars! es tan evidente que sirve para que los más escépticos le vean las costuras y su público potencial adivine entre sonrisas lo que se le viene encima: las bromas sobre pervertidos, los planos imposibles a las zonas curvilíneas de las mozas y la clásica tensión sexual no resuelta con extra de picante serán el pan nuestro de cada día en un anime, como tantos otros antes, busca una excusa para hablar justificadamente de tetas sin sentirse demasiado culpable ni acusar el descarado abuso de clichés del que hace gala. Lo del fanservice es harina costal por méritos propios, más que nada porque es la cerecita del pastel a la estupidez supina del guion y los diálogos.

No es que Rail Wars! deje de hilvanar un despropósito tras otro bajo el pretexto locomotoras y mamellas, pero ante los espectadores menos exigentes y más tolerantes con estas propuestas, puede funcionar como un entretenimiento eficaz y quién sabe si incluso como una buddy movie –a la japonesa– competente. Serán estos, al fin y al cabo, los únicos que acaben por subirse a este tren.

La opinión de Ashita

 

Dentro del mundo de las LNs de Japón, se pueden encontrar algunas veces productos interesantes, pero con cualquier otro medio, muchas veces algunos autores deciden repetir premisas que venden y funcionan. Rail Wars! desgraciadamente está en este grupo. No voy a negar que el argumento me gustó. Un mundo donde la JR es aún una empresa pública y los villanos la quieren privatizar puede resultar curioso. A la práctica, esta premisa que podría parecer interesante, termina diluyéndose en un mar de clichés.

Fanservice descarado y mal hecho, diálogos ortopédicos y absurdos, situaciones que se han repetido en todos los animes de la industria hasta decir basta y personajes que invitan a pegarles un tiro. Todo esto y más es Rail Wars!, donde el único atractivo que tiene es que a veces se acuerda del título que tiene y nos habla de trenes. Si te gustan los ferrocarriles, puede que algunas escenas te parezcan interesantes, Japón tiene multitud de locomotoras distintas, y si esta historia se centrara en presentarlas más detenidamente, ganaría enteros. Porque vamos, no todos los días se ven entrenamientos donde apruebas si pones una locomotora de vapor a 100km/h.