Primeras impresiones de los redactores con Ao Haru Ride

ao haru ride

Seguimos con las primeras impresiones de los animes que comienzan en Japón con motivo de la temporada veraniega. Hoy, Ao Haru Ride, adaptación de un shojo de Io Sakisaka, la autora de Strobe Edge (aquí publicada completa por Ivrea), y que suele pedirse bastante cuando a peticiones de licencias en nuestro país se refiere. En serio: mirad la página de facebook de dicha editorial (la única que aún apuesta un poco por la demografía shojo) y ved cómo multitud de lectores la demandan editada cuanto antes. Que luego la compren es otra historia, pero eh

Ao Haru Ride se postula, al menos de primeras en su adaptación animada, como algo clásico: se publica en las páginas de la Margaret, y cuenta acerca de un constante cambio de imagen (no física) que quiere dar Futaba Yoshioka, una chica en cuyo camino se cruza el chico que le gusta, Kou Tanaka. Sergi y Calave al aparato, tras el salto: 

La opinión de Calave

 

¿Que he visto qué?… ¡Pues primera noticia, oiga!

Mi primer contacto con Ao Haru Ride es quizás de los más anodinos y sosos que he tenido en mi vida (bueno, para curarnos en salud, digamos mejor en los últimos 3 años). Y no, no es que yo sea un machote sin sentimientos, me gustan las buenas historias de amor, pero ese «las buenas» implica todo lo contrario a «Ao Haru Ride». Creo que han querido llevar la premisa «Romance entre dos chicos cualquiera de secundaria» demasiado al límite. Los protagonistas son literalmente CUALQUIERA. Ella, una chica tímida que quiere mantenerse apartada de las relaciones amorosas y se dedica a espantar a los chicos ocultando su lado femenino (ocultándolo muy mal, dicho sea de paso, porque su supertécnica consiste en comer mucho, y ya). Él, otro chico que parece vivir en la inopia y ser algo antisocial. ¡Uhhh! ¡La pareja más loca de la historia! ¡Menudo ritmo llevan! Ah, espera, no, que esto lo hemos visto mil veces y es aburridísimo.

En cuanto al episodio en sí, no pasa absolutamente nada. La escena más trepidante es cuando creen que la protagonista ha robado unos bollos de chocolate, pero al final era un malentendido, así que ni eso.

Ah, por ahí he leído que es una comedia dramática. Permitidme reírme de esa afirmación, ya que por lo menos este primer capítulo no me ha permitido reírme ni un segundo. Y no tiene pinta de que la cosa vaya a cambiar.

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La opinión de Sergi

 

Ao Haru Ride tiene un dibujo muy limpio, unos personajes más o menos interesantes para el romance presentado y en general un bagaje de tópicos lo suficientemente amplios como para gustar. No creo que haya que ser tan dramático como mi compañero Calave, pero sí concuerdo con él en que este primer capítulo presenta unos veinte minutos de eterno aburrimiento. No la seguiré, ni me lo planteo por un segundo, pero no creo que sea tanto por la obra como por mí; Ao Haru Ride no parece ser de esos shojos que al lector acostumbrado al shonen y seinen más mastodóntico le puede ampliar horizontes. Parece algo mucho más cerrado, y obtuso. Demasiado.

La adaptación animada de la obra de Io Sakisaka no es para mí, vale, pero tampoco armemos un escándalo: tiene serias papeletas para gustar. Sólo le hace falta encontrar quien la comprenda.