Primeras impresiones de Aldnoah Zero

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Todo son buenas palabras para Aldnoah Zero, al menos por mi parte: este primer capítulo funciona como un reloj, con las dos tareas que presupongo se habían fijado en A1 Pictures de antemano: por un lado, ubicar al espectador en el contexto neo-espacial previo sobre el que la nueva obra del prolífico Gen Urobuchi (Psycho-pass Madoka Magica son sus obras más conocidas para el otaku de a pie, creo) circuncidará todo el tiempo, cosa que, oye, se consigue aquí plácidamente diluyendo las grandes explicaciones en pequeñas conversaciones animadas con absoluta amabilidad. Tampoco es extraño sumergirse de lleno y perder la noción de lo que se está viendo (segundo propósito, de los que antes comentaba), pues no paran de suceder cosas en todo momento. Y todas ellas buenas y construidas en base a unos diseños de Takako Shimura absolutamente magníficos (y de cuyas formas redondeadas espero contrasten exageradamente cuando la crueldad se apodere de la historia).

De crueldad y exasperación sabe mucho, Urobuchi: Aldnoah Zero cuenta acerca de un planeta Tierra en constante conflicto con el imperio Vers, una antigua civilización humana que emigraron años ha para aposentarse en Marte. Nuestra Tierra está avanzada tecnológicamente, con una suerte de EVAs por doquier, pero el caos más absoluto llega cuando, a raíz de un ataque terrorista a la princesa de esa civilización (cuando, ojo, ésta estaba intentando mantener la paz entre las dos sociedades) los de Marte deciden empezar una carrera para ver quién logra llegar primero a nuestros países y arrasar con todo.

La escena final, probablemente la mejor de todo el episodio, muestra a un par de niños mirando un montón de luces sin forma en el cielo: ajenos a que son producto de las explosiones que están teniendo lugar a cientos de kilómetros de sus casas, deciden pedir un deseo como si de estrellas fugaces se tratase. Para nosotros, de momento este anime también es eso: una luz muy atractiva que se vislumbra lejana, primitiva y, sobre todo, superficial. Adentrémonos; sigámosla semana a semana y veamos qué hay en el interior de Aldnoah. Merecerá la pena seguro.