Primeras impresiones de los redactores con Sailor Moon Crystal

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Nuestro recorrido por la temporada estival de anime nos lleva en esta ocasión a una de sus paradas más destacadas. De Sailor Moon Crystal, remake de la mítica serie de los noventa, se han venido diciendo muchas cosas desde que se supiera de su puesta en marcha con motivo de su 20º aniversario, algo que ha llevado a cosechar opiniones dispares entre los fans de la obra de Naoko Takeuchi y que, con la emisión del primer episodio, no han hecho más que acrecentarse. Que nadie ponga en duda que a este lavado de cara del mítico anime le queda aún mucha cola que traer. Hasta entonces, nosotros nos unimos al debate dejándoos la opiniones de Adrià y chicomanga.

La opinión de Adrià

 

No he venido aquí con el propósito de cumplir el papel de agorero amargado, puesto que yo nunca he sido de bailarle el agua a Sailor Moon.  Si me preguntan, diré que mi relación con la historia de las marineras con minifalda ha sido lo suficientemente cordial como para tenerle cierta simpatía, pero que por el momento no hay nada que me invite a darle una oportunidad a su versión 2.0 sin arquear antes una ceja: allí donde la vieja Sailor Moon se dejaba ver sin problemas ni pretensiones, Sailor Moon Crystal parece haberse crecido ante la condición de clásico atemporal de la obra de Naoko Takeuchi, de manera que lo que queda es un simple remake sin ambición ni carisma que confía demasiado ciegamente en la historia que tiene entre manos y cuyo esfuerzo parece haberse ido todo en las sesiones de chapa y pintura. Y ni siquiera aquí Sailor Moon Crystal evita meterse un tiro en el pie: el diseño de personajes es ahora más estilizado y llamativo que el de la ya obsoleta animación del primer anime, sí, pero también se presenta excesivo y cursi en un acabado final que, para ojos más algo más tiquismiquis, puede resultar incluso hortera.

Otro peligro latente y al que conviene darle de comer aparte es el personaje de Usagi Tsukino, columna vertebral de la historia en todas sus facetas: no es que su personaje, tanto en el manga como la del anime clásico, fuera un deshecho de virtudes, pero es increíble cómo en Sailor Moon Crystal se exagera su personalidad bobalicona y despistada hasta el punto de que resulte insufrible. El acierto de la Sailor Moon de los noventa, de hecho, fue aligerar al personaje en este sentido para evitar que a ojos del espectador pareciera –hablando mal y rápido—una completa mentecata, algo que en Toei Animation, suponemos que en aras de respetar más las viñetas originales de Takeuchi, no parecen haber tenido en cuenta y que ha dinamitado por completo toda empatía hacia Usagi.

Lo que queda, luego entonces, es una nueva Sailor Moon que no es mala ni por capricho de los más escépticos ni por los evidentes agravios comparativos que existen con la serie clásica, sino porque ese tono tan peligrosamente autoconsciente que aplica se le gira en contra no pocas veces y con tanta fuerza que uno acaba pidiendo la hora durante los 24 minutos que dura el capítulo. El tiempo dirá si la mediocridad se cebará o no con este reboot de buenas intenciones pero descafeinados resultados, pues a Sailor Moon Crystal aún le queda la friolera de 25 capítulos para demostrar si es algo más que un nuevo y bonito envoltorio en alta definición puesto al servicio de la nada.

La opinión de chicomanga

 

Las primeras noticias sobre un nuevo anime de Sailor Moon producían sentimientos encontrados. Por un lado, está claro que con los nuevos estándares de alta definición y pantallas panorámicas las series antiguas se ven de pena, y por otro parece que los estudios no tienen ideas nuevas que vender. En este caso prometían una nueva versión muy fiel al manga original, empezando por los diseños de personajes, muy detallados y con un estilo mucho más shojo que los anteriores. Esta nueva concepción dejaba atrás todo el relleno, prácticamente el 95 % de los capítulos del anime anterior, cosa que sonaba muy bien porque si de algo adolecía éste era de todos aquellos capítulos clónicos en los que no pasaba nada nuevo.

Una vez visto el primer capítulo los sentimientos siguen siendo encontrados. Evidentemente, esta puesta al día se nota en todo. La calidad de la animación es muy alta, los diseños de personajes y escenarios están trabajadísimos, la historia se desarrolla de manera idéntica al manga… Todo parece perfecto. Y sin embargo falta algo. Teniendo en cuenta que aquí a la serie se la conoce más por el anime que por el manga, se echa en falta la sublime banda sonora, empezando por el exquisito Moonlight Densetsu y siguiendo por las demás melodías ya icónicas. El estilo elegante y sobrio de Crystal no concuerda con los recuerdos del antiguo anime, lleno de momentos de humor. Siendo justos, este primer episodio es muy parecido al primer episodio anterior, pero no apunta las mismas maneras.

En definitiva, una puesta al día de una serie mítica. ¿Necesaria? Sin duda. ¿Idónea? Quizá no tanto teniendo en cuenta que a las nuevas generaciones les va otro tipo de historias y a los nostálgicos les puede hacer no mucha gracia estas guerreras remozadas.