Reseña de Planetes

PLANETES2.

En España el manga de ciencia-ficción no ha calado del todo. Tenemos variedad entre la que elegir, a pesar de eso: Gundam, Evangelion o Moonlight Mile, por nombrar algunos que se pueden encontrar en tiendas. Planetes, aunque descatalogado, es un manga pertinente a día de hoy, pues la nueva obra de su autor estará dentro de poco en librerías: Vinland Saga. Planetes es su opera prima y su obra con más repercusión hasta la fecha.

¿De qué va Planetes? ¿Qué lo hace especial y novedoso? Lo primero es que no soy muy fan de las etiquetas. Una de las razones por las que esta serie ha pasado un poco desapercibido en España es, tal vez, por las etiquetas. Quien haya oído hablar de este manga sin duda piensa en él como un manga de ciencia-ficción, lo que podría echar para atrás al lector estándar de manga, que se ha podido demostrar no es muy fan de este género. Planetes, por encima de todo habla de una manera muy intensa y teleológica del ser humano y sus problemas. Todo gira en torno a unos personajes que de una manera u otra, en un futuro no muy lejano, han visto sus vida relacionadas con el espacio. La historia empieza en el año 2074, y Makoto Yukimura hace una predicción en la que por aquella época, los viajes espaciales y la exploración del universo se habrán normalizado y regularizado. Aquellos motivados a salir al espacio no son ahora héroes, sino meros trabajadores, funcionarios del espacio. Uno de los trabajos menos valorados de entre todos los que se realizan fuera de la atmósfera es el de recuperador de deshechos espaciales. El de basurero, vaya. Y de eso se encargan los protagonistas de esta obra.

Todo gira alrededor de sus circunstancias. Hachi es un soñador, y aspira algún día a dejar este trabajo y conseguir una nave espacial propia. Fee, por su parte, cree ciegamente en su trabajo y en su importancia. Por último, Yuri trabaja como basurero para curar una herida del pasado. Lo que vemos en estos personajes, por encima de todo, es su motivación. No son personajes planos, son hombres y mujeres que buscan abrirse paso en su vida, que buscan madurar pero sin abandonar sus sueños. Algunos los buscan aún, otros los han dejado, resignados al mundo en el que viven, pero preguntándose una y otra vez por las razones que empujan su comportamiento actual. Planetes, de esta manera, forma un cuadro que busca las razones que hacen que cada uno se comporte como se comporta. Makoto Yukimura busca en este manga respuestas a preguntas importantes, encontrando la respuesta en el amor humano.

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Tal vez sea este, y es tan solo mi opinión, el mayor error del manga. El de dar una respuesta concreta a preguntas tan importantes como ¿qué motiva nuestras acciones?, ¿qué es lo que rige el comportamiento humano?, o simplemente ¿cuál es el sentido de la vida? Son preguntas muy vagas y cada uno busca sus motivos, por lo que generalizar y decir que el amor es la respuesta a todo resulta algo vago e inconcluso. Lo que este manga sí hace bien es abrir esas preguntas y darnos la oportunidad de cuestionarnos, aunque sea por un momento, hasta qué punto nuestras vidas cambian sin que nos demos cuenta: ¿es madurar dejar a un lado los sueños, o acaso madurar conlleva adaptarte a la sociedad nos guste o no? ¿quiénes somos, qué hacemos aquí?

Por supuesto, Planetes sigue siendo un manga de ciencia-ficción. Makoto Yukimura sitúa toda esta trascendencia en el futuro de dentro de sesenta años. Como he comentado, la exploración espacial es algo normal, y con ella sus problemas y consecuencias, tanto de salud como políticos. Aparecerá una facción terrorista dirigida contra toda esta invasión del espacio, enfermedades y trastornos producidos por la vida sin atmósfera o la radiación espacial. La estructura en forma de episodios facilita al autor acercarse a cada uno de los aspectos que pretende mostrar, creando al final un todo con continuidad, que a pesar de cerrar el manga sin mostrar toda la historia de los personajes, cierra dignamente un manga de lo más interesante.